A pesar del imparable ascenso de casos activos de COVID-19, el área sanitaria de Pontevedra y O Salnés es la que mejor está conteniendo el empuje de la tercera ola en Galicia. Mientras que el resto de demarcaciones han superado sus techos históricos de contagiados - Vigo y Ferrol lo hicieron ayer -, esta continúa por debajo de los 1.277 diagnosticados del 14 de diciembre.

Aunque esta contención es buena señal, los índices que arroja el área son malos. El Sergas notifica hoy 1.195 casos activos, 50 más. Las 38 altas médicas prescritas suavizan el repunte, puesto que en las últimas horas se han detectado 88 nuevos contagios; 76 de ellos confirmados entre las 1.122 PRC realizadas. El total de test diagnósticos desde marzo se eleva hoy a 127.167.

La peor situación continúa en los hospitales, especialmente en la UCI, que preocupa a Sanidade por la alta y estable ocupación de sus camas. De hecho, en las últimas horas los pacientes graves han aumentado hasta los 14 (+3), la cifra más elevada desde la primera ola.

El área ha comenzado a tener complicaciones para poder ingresar a pacientes que entran por el servicio de Urgencias, lo que ha llevado a la gerencia a prohibir las visitas a los pacientes salvo en casos estrictamente necesarios en los que estos no se puedan valer por sí mismos y otras excepciones. Además, las intervenciones quirúrgicas no urgentes serán aplazadas siempre y cuando el paciente “pueda esperar”.

Por el contrario, las unidades convencionales han visto descender sus enfermos hasta los 62 (-5): 49 están los hospitales del CHOP, 4 en el QuirónSalud Miguel Domínguez y 9 en el Hospital de O Salnés.

El COVID-19 ha afectado en el área a un total de 8.314 personas: 7.031 han superado el virus y otras 92 han fallecido.