Por partida doble llegó ayer el mensaje del gobierno local "contra" la pretensión de Augas de Galicia de triplicar el tamaño de la depuradora de Placeres como pieza clave para el saneamiento de la ría. El alcalde de Pontevedra, Miguel Fernández Lores, por un lado, y el concejal portavoz del gobierno municipal, Raimundo González Carballo, por el otro, dejaron claro que "no se acepta" una "macrodepuradora" en Placeres.

De este modo, el equipo de gobierno dice alinearse con los vecinos de Lourizán que desde hace unos días protagonizan movilizaciones para impedir que se ocupe el desmantelado campo de fútbol con una ampliación de las instalaciones actuales de Placeres.

Esta plataforma vecinal ya acudió el pasado domingo a esos terrenos y pretende repetir las concentraciones cada domingo con el fin de utilizar el recinto para actividades sociales e incluso una huerta.

El alcalde, blanco de las críticas vecinales por no haber recibido a la plataforma pese a que lo piden desde hace seis meses, emplazó ayer a este colectivo a "dirigir sus protestas contra el que tiene las competencias y pretende ampliar la depuradora, que es la Xunta", a la que emplaza a "cumplir con su obligación".

Por su parte, González Carballo, mostró ayer sus dudas de que finalmente Augas de Galicia lleve a cabo la citada ampliación y se limitará, al menos a medio plazo, a realizar una "mejora provisional" de la planta actual por unos 16 millones de euros, como anunció la Xunta hace unos días.

En todo caso, el edil sugiere, al igual que la plataforma de Lourizán, que se diseñen y ejecuten plantas dimensionadas para los vertidos de cada municipio, en especial Poio y Marín, "en lugar de tener las aguas residuales cruzando la ría para acabar todas las del entorno en Placeres".