La asociación Amencer-Aspace, de atención a personas con necesidades de apoyo neuro-motoras, cuenta con dos centros en Pontevedra, ambos son de día y se encuentran en Campolongo y Lourizán. Además, este último también es de carácter educativo. Mónica Touriño es la gerente.
-¿En quién recae la decisión de que un alumno acuda a un centro ordinario o específico?
-La delegación provincial de Educación establece el dictamen de escolarización. Ellos son quienes determinan qué tipo de centro es el adecuado para ese alumno. Independiente, algunas asociaciones, como nosotros, prestamos un servicio especializado de asesoramiento sobre la escolarización idónea para esa persona. Se valoran distintas áreas y se determina la mejor opción. Normalmente, lo que determina nuestro equipo es idéntico a lo que decide el de Educación. Una cosa no está reñida con la otra. De hecho, hay muchas familias que piden las dos opiniones.
-¿Se complica la integración en centros ordinarios en función de la discapacidad?
-Normalmente, el dictamen suele estar muy claro. Cuando hay una afectación muy severa a todos los niveles, está claro que lo que hace falta es un centro de educación especial y específico; eso es indudable. En el resto de clases, cuando la afectación no es tan severa hay que determinar muy bien qué es lo que mejor responde a las necesidades de ese alumno. Hoy día, que está tan de moda la inclusión, porque es algo obligatorio recogido en el Decreto 229/2011, una sociedad avanzada debe tender a tener recursos suficientes en sus centros ordinarios. Hoy día, con los recursos con los que contamos, la modalidad de escolarización idónea, en los casos donde no hay una grave afectación, es la combinada. Con ella se da respuesta a las necesidades individuales de ese alumno en el centro de educación especial, pero a la vez se combina con la asistencia a un centro ordinario que mantiene, de alguna manera, el arraigo en su entorno.
-¿Son muchas las familias que optan por ello?
-Nosotros en Amencer tenemos en estos momentos dos alumnos con escolarización combinada. A nosotros nos cuesta quitarnos la etiqueta de centro de gravemente afectados, por lo que todavía tenemos pocos niños que tengan alguna afectación neurológica leve. Las familias que han optado por este modelo de escolarización han estado altamente satisfechas porque el grado de coordinación de nuestro profesorado con el del centro ordinario es muy intenso y al final esto redunda en beneficio del alumno. Se ven los resultados. El éxito o el fracaso de la escolarización muchas veces está en las personas, no en las instituciones.
-¿Es un modo de frenar el absentismo escolar?
-Puede ocurrir, porque cuando no se da respuesta a ciertas necesidades las familias desisten. Si las familias ven resultados, se mantiene esta escolarización. Si se hace un buen diagnóstico desde el principio, no se pierden años. La tendencia va a ser a la integración.
-¿En ambas direcciones también?
-También. El año pasado pusimos en marcha un programa de integración a la inversa, mediante el cual niños de colegios ordinarios visitaron el centro y se hicieron actividades de ocio conjunta. Estamos intentando una visita de un colegio por trimestre. El año pasado recibimos tres visitas.
