Joyas del traje en escena

El traje que llevaba ayer David Quiñones en la presentación del espectáculo etnográfico "Carlos Sobrino na memoria da Boa Vila" es un buen ejemplo del esfuerzo que hace Os de Algures en la recuperación de las indumentarias tradicionales: el original desapareció en los años 30 del pasado siglo de una exposición en la que representaba a Galicia, solo se conocía por una única fotografía en blanco y negro y fue localizado décadas después en la sede de la Hispanic Society en Nueva York. Tras pasar a ser custodiado en el Museo del Traje, el grupo pontevedrés dispuso de 2 horas para reproducir los patrones (no se permite fotografiar las piezas para no dañarlas) y en adelante copiarlo fielmente.

A continuación: la tarea casi imposible de localizar botones redondos de latón dorado oscuro, conseguir paños en los lugares originales de procedencia del siglo XIX etc. En resumen: meses de trabajo (solo en el bordado de la montera se invirtieron alrededor de 30 días) y un coste aproximado de 1.500 euros, que se incrementa sensiblemente en el caso de las indumentarias para mujeres.

Treinta y cuatro de esos trajes fielmente reproducidos de los cuadros de Carlos Sobrino, realizados con tejidos encargados a los mismos lugares de los que procedían en el siglo XIX, podrán verse el próximo domingo a partir de las 20.30 horas en el Teatro Principal, en un espectáculo con entrada gratuita y que rinde homenaje a un autor laureado en su tiempo y que rememora su importancia en la conservación del arte plástico gallego.

José Luis Rodríguez, presidente de la Asociación Cultural Os de Algures, recordó que Carlos Sobrino fue "coetáneo y amigo de Castelao, de Valle Inclán y muchos personajes de su momento". A pesar de coincidir con el auge de las vanguardias realizó sus cuadros "más con ideas regionalistas y costumbristas. Además de la vertiente arquitectónica de su obra, le llamaban o pintor das pedras, pintó los trajes de las gentes, incluso de las que habían vivido décadas antes que él".

Así, a partir de la base documental que proporcionan sus obras, custodiadas en el Museo de Pontevedra y otras colecciones, se reprodujeron los trajes.

Otro de los grandes atractivos del espectáculo, amén del baile y la música, será la escenografía. En el escenario se proyectarán 13 cuadros y cuando desaparezcan el público verá otras tantas escenas de gentes ataviadas exactamente igual que en cada obra.

A partir de ahí un ciego irá contando en romance la vida de una niña, Rosiña, hija de Sobrino y a la que pintó. En las distintas escenas aparecerán 60 artistas con "trajes que son reproducciones exactas hechas exactamente igual que entonces, es decir sin velcros, con hilados a manos, tejidos hechos en talleres artesanales etc", indican los portavoces de Os de Algures.

Éstos confían en poder poner en marcha en el futuro una muestra en la que el público pueda contemplar más de cerca las reproducciones hechas para esta obra de carácter etnográfico.

A mayores de las réplicas, los artistas vestirán más de 100 piezas antiguas originales, en un espectáculo que culmina año y medio de trabajo y en el que acompañarán a los músicos de Os de Algures las cantareiras de Cantigas e Frores de Lugo, las Pandetereiras Antela, el grupo Pousos da Area, el cuerpo de baile del grupo Celme y los 20 actores del Aula Municipal de Teatro.