¿Y qué hago yo ahora? Debieron pensar los tres candidatos a la Alcaldía de Poio el viernes mientras se apagaban las luces y los ecos de la megafonía en los mítines con los que cerraron su siempre intensa campaña electoral. Por delante tenían 24 horas sin preocuparse por dónde pegar más carteles o repartir más saludos, sonrisas y las imprescindibles papeletas que los vecinos siempre reciben encantados. Ya solo les quedaba esperar.

La respuesta fue casi la misma para todos: agotar las horas de reflexión rodeados de familia y amigos para matar, en la medida de lo posible, los nervios que aparecen poco antes de que las urnas decidan cuál será su ocupación durante los próximos cuatro años.

Haciendo valer eso de que el día da para mucho, además de recuperar el tiempo perdido con aquellos a los que dicen haber tenido "abandonados" los últimos días, Chelo Besada y Javier Domínguez salieron de su círculo más próximo para acercarse al pabellón de A Seca, donde las chicas del Poio Fútbol Sala disputaban el partido más importante de la temporada, contra el Majadahonda, con el acceso al ´play-off´ de ascenso en juego.

Quien no estuvo en las gradas fue Luciano Sobral, que apuró al máximo sus horas como alcalde oficiando en una finca de Pontevedra el que por ahora es el último enlace civil de su mandato. Eso sí, una vez cumplidas las responsabilidades municipales, le esperaban los amigos.

El popular Javier Domínguez, compartió el resto de la tarde con su mujer y sus hijos, con quienes compartió además "un agradable paseo".

Claro que no todo fueron actos sociales y los alcaldables aprovecharon la mañana para ponerse las tareas pendientes. Mientras que Chelo Besada organizó un completo zafarrancho de limpieza en su casa desde primera hora de la mañana, Sobral aprovechó los escasos rayos de sol para, cortacésped en mano, dejar el jardín en perfecto estado de revista

Eso sí, por mucho que intentaron relajarse, sus agendas seguían con el 22-M en rojo. Nacionalistas, socialistas y populares se dieron cita en sus respectivas sedes para, en compañía de sus equipos, ultimar los detalles de la jornada electoral, repartiendo a los interventores y, tal vez, preparando la fiesta con la que alguno celebrará su victoria.

Los tres cabezas de lista coincidieron también en que, después de haber trasnochado el viernes en sus respectivos cierres de campaña, ayer tocaba irse pronto a la cama, quien sabe si a soñar con la mayoría absoluta que todos buscan, para recuperar fuerzas para el "día D".