El arzobispo de Santiago, Julián Barrio, encabezó ayer en la iglesia de San Martiño de Salcedo el oficio religioso que significó el relevo oficial de Alfonso Trasar Suárez como párroco.

Será sustituido con motivo de su jubilación y tras 20 años al frente de la parroquia de San Martiño por Jesús Niño Sánchez-Guisande, que ya en los últimos días ha desarrollado su labor pastoral en esta zona del municipio pontevedrés.

Numerosos sacerdotes, caso de Jaime Vaamonde, José Lorenzo, José María Recuna o José Lage Radío se sumaron a la celebración religiosa, que constituyó todo un homenaje popular a Alfonso Trasar. Así, los fieles abarrotaron la iglesia en un reconocimiento al que consideran "un buen párroco y por encima de ello una persona admirable".

Desafiando al mal tiempo que caracterizó a la tarde de ayer, los vecinos se acercaron hasta la iglesia parroquial y elogian especialmente la constante atención de Alfonso Trasar a los feligreses, además de su preocupación por el progreso de la parroquia.

Representantes de las juntas parroquiales de Cáritas, Familia y Catequesis organizaron los actos de homenaje, cuyo programa también incluyó una cena de homenaje en el que Alfonso Trasar recibió diversos obsequios que le recordarán su labor pastoral en Salcedo.

El párroco entrante, por su parte, el compostelano Jesús Niño Sánchez-Guisande, es licenciado en Derecho Civil y tras su paso por el seminario mayor se ordenó sacerdote en el año 1982.

Compatibiliza su labor pastoral con la docencia de la asignatura de Religión y ha ejercido en diversas parroquias. Actualmente simultaneará las de Salcedo y Figueirido.

Falta de programa festivo

Ante la falta de una comisión de fiestas que prepare un programa de carácter lúdico y/o musical, las celebraciones en honor a San Martiño, patrón de la parroquia de Salcedo, se limitan este año al programa religioso.

Éste se lleva a cabo en la iglesia levantada en el siglo XVIII a instancias del párroco Pedro de Ulloa, que sufragó el actual templo parroquial, además de adornarlo con altares y orfebrería.

Las instalaciones religiosas se completan con una casa rectoral, el cementerio y la actual sede de la Vicaría de Pontevedra.

No se trata del único patrimonio religioso de una parroquia en la que también se levanta la capilla de San Blas, un pequeño templo gótico del siglo XV que se cree que pudo haber sido promovido por la Compañía de Jesús, si bien parte de su imagen actual se corresponde con modificaciones realizadas en el siglo XVIII.