El Museo de Santa Clara de Allariz

La Virgen Abrideira.  |  // FDV

La Virgen Abrideira. | // FDV / Miguel Ángel González García

Miguel Ángel González García

Vayan estas líneas como homenaje a Jesús Llorente de Cea tantos años feliz custodio del Museo cuando culmina su servicio alaricano.

La villa de Allariz de origen visigótico, el topónimo Allariz, nos remite a una propiedad de un Alarico, adquiere preponderancia en la Edad Media por sus vinculaciones a la realeza y no dejará a lo largo de los siglos de ser referencia de importancia dentro del contexto provincial muy principalmente por la importancia del monasterio. Hito reseñable dentro de las rutas jacobeas del sur de Galicia, hay que destacar la vitalidad comercial de la villa que vive en la actualidad un momento de recuperación poniendo en valor su rico patrimonio artístico y etnográfico. Por decreto de 20 de mayo de 1971 fue declarada conjunto histórico artístico.

El convento de Santa Clara añade en su titulación documental “el real”, por estar su fundación unida a la memoria de Doña Violante, esposa de Alfonso X el Sabio, que residieron en la villa y es a la reina a la que se debe la iniciativa de fundar un monasterio que siguiese la regla de San Francisco y de Santa Clara. Es el año 1286 cuando se comienza la construcción que escogerá Doña Violante como lugar de su enterramiento en 1300 y enriquecerá al monasterio con privilegios, rentas y ricas joyas en su mayor parte perdidas. Doncellas de la nobleza gallega encontraron en los claustros alaricanos lugar de santificación a lo largo de los siglos e hicieron con sus patrimonios posible la permanente renovación de la fábrica conventual que hoy se nos ofrece como un interesante conjunto barroco, en el que como señales de su origen medieval quedan restos de un fino y sencillo gótico, estilo tradicional de las órdenes mendicantes. La gran fachada que cierra el campo da Barreira de una evidente sobriedad franciscana, se hace en el siglo XVIII y en el extremo izquierdo se transforma en portada de un barroco sugestivo y original dentro de la influencia del arquitecto compostelano Simón Rodríguez. La Iglesia de buena cantería se hace ya doblado el siglo XVIII, entre 1759 y 1761. La preside un retablo de madera dorada y policromada que se contrató en 1788 con José Torres Sarmiento y Malvar y Juan Antonio Araujo y Figueroa. En el coro órgano de Pedro Liborna Echevarría de 1769. En el interior de la clausura y centro del plano monasterial, un gran claustro del siglo XVIII, dentro del estilo llamado barroco de placas compostelano.

El museo conventual de Santa Clara nace como una respuesta agradecida de la comunidad a la restauración de las cubiertas del monasterio siendo conselleiro de Cultura de la Xunta de Galicia el alaricano Alfredo Conde. Dado el interés generalizado de muchas personas de ver la Virgen Abrideira, joya y centro de esta muestra se decidió ofrecer la posibilidad de no defraudar a nadie exponiéndola con la debida seguridad en unos locales directamente accesibles desde A Barreira. El sobrio pero acertado montaje corrió a cargo de Francisco Fariña Busto, conservador del Museo Arqueológico Provincial.

El Museo se inauguró oficialmente el 28 de octubre de 1986, pero por diversas dificultades no regularizó el régimen de visitas hasta el 1 de septiembre de 1993.

Los espacios destinados para Museo son tres pequeñas salas, que unen a la sobria belleza de su construcción el fácil acceso para el público, ya que su puerta se abre a la fachada principal del monasterio, a la derecha del gran portalón de la clausura. La primera sala era una antigua habitación de la servidumbre del monasterio que se cubre con bóveda de arista con arcos de medio punto que apean sobre ménsulas con la típica decoración de placas del barroco compostelano, en consecuencia, dentro del proceso constructivo de otras partes señeras del monasterio como la inmediata portería, o el claustro.

La segunda sala, o de la Abrideira se cubre con sillares de piedra, colocados de forma adintelada.

El tercer espacio o sala de la Cruz de Cristal de Roca resuelve su cubrición con bóveda de arista también elegantes, y con molduras de escocias sencillas. Esta sala estuvo tapiada hasta su adaptación para museo y presenta a nivel del suelo unas cavidades labradas cuyo destino se ignora. Las tres son obras del siglo XVIII.

Y en ellas un conjunto no grande de obras, restos pétreos, reproducción de documentos de la historia del monasterio como el de 1292, abril 11. Testamento de Dª Violante. Traslado del siglo XVIII, (AHP.Or Clero, Santa Clara. Libro de memorias antiguas. caja 9781 fol 12), o el muy importante de 1286, julio 29. Orense. Sancho IV a pedido de su madre Doña Violante acota a las donas de Santa Clara “aquel logar de ellas an de facer el monasterio por aquellos términos que Juan Rodriguez, nuestro alcalde, ge lo mojinó por nuestro mandado”. (Traslado de confirmaciones reales hasta Felipe III”. (AHP.Or. Clero Santa Clara, libro 47, fol 366v), también planos y fotografías.

Una sala se dedica a la joya indiscutible del Museo y una de las piezas más importantes de la eboraria medieval europea La VIRGEN ABRIDEIRA, según la tradición sería donación de la fundadora la reina Doña Violante, esposa de Alfonso X. 25 cms de altura, marfil, fines del siglo XIII. Aunque se tuvo por obra francesa actualmente se considera de talleres hispanos. Estilo gótico. Iconográficamente se trata de una Virgen en Majestad, sedente sobre sencillo trono, con el Niño Jesús en el regazo sosteniéndolo con la mano izquierda, ambas figuras vestidas con túnica y manto. La mano derecha en actitud de bendecir, esta mano no es la original. El Niño Jesús también bendiciendo y sosteniendo en la izquierda la simbólica fruta, tal como es habitual en la imaginería gótica. A la altura de los hombros la imagen se abre presentado interiormente una especie de tríptico con diminutas escenas que representan los 7 gozos de nuestra Señora cobijadas bajo arcos trilobulados, de medio punto los del centro y apuntados los laterales que son dobles. Los temas representados son en la calle central de abajo arriba: 1. Nacimiento de Jesús. 2. Ascensión de Jesús. 3. Coronación de María. Calle izquierda: 1. Anunciación, 2. El ángel anuncia en el Sepulcro la resurrección de Cristo a las tres Marías. 3. Dos ángeles ceroferarios. Calle derecha: 1. Epifanía. 2. Pentecostés. 3. Otros dos ángeles portadores de cirios.

Otra sala tiene como centro la segunda pieza de alto interés artístico del museo es la Cruz de Cristal de Roca se vincula también esta obra a las donaciones de Doña Violante, si bien la cruz tal como ha llegado a nosotros es fruto de varias intervenciones que cronológicamente abarcan los siglos XIII al XV. La cruz propiamente dicha es latina y la forman cuatro piezas de cristal de roca tallado de perfiles rectos y terminaciones flordelisadas, que se insertan en el perfil de plata dorada condecoración de animales y fitomorfa que enmarca el cuadrón en forma de cruz y también de cristal. En el cuadrón fina miniatura sobre pergamino con la Theotocos, claramente bizantinizante y en el reverso hoy figura un grabado barroco con San Bernardino de Siena. El brazo vertical inferior de la cruz se refuerza en su mitad con faja de plata dorada con delicada decoración. El nudo es también de cristal de roca. La peana, reiteradamente renovada es de base triangular y forma troncopiramidal. Armadura de plata con decoración de sogueados y engaste de granates. En cada una de las caras hay cinco miniaturas sobre pergamino que originalmente serían de época similar a la citada del cuadrón y que hoy ofrecen en su mayor parte otras fáciles de factura moderna. Los temas representados son. Cara A: Ascensión. Los Apóstoles Simón-Judás Tadeo y Santiago el Menor-Felipe y las santas Lucía y Catalina. Cara B: Calvario. Los apóstoles Matías- Tomás y Bartolomé-Andrés y los santos Nicolás y Basilio. Cara C: Transfiguración. Lucas-Mateo, Pedro-Pablo y Santiago el Mayor y Juan.

Con ella, en otras vitrinas, se muestran diversas piezas de orfebrería y escultura: Un calvario portugués del siglo XVIII en madera policromada, relicario de San Cristóbal. Plata. (12 x 8,4). Lleva en el reverso la imagen de San Cristóbal apoyado en un árbol, con un gran sombrero en la mano, obra de fines del siglo XV o principios del XVI. -Relicario de la Abadesa Taboada. De 1711. Relicario de San Bartolomé. Siglo XVIII. Relicario de San Ignacio. Plata en su color. Siglo XVIII. De cuidada y fina ejecución, similares a dos del Museo de la Catedral de Ourense. Custodia. De plata sobredorada con cabujones opacos de esmalte azul. Sin punzón fines del siglo XVII o principios del XVIII. Cáliz de plata, 1800. con punzón del platero celanovés Manuel Armesto. Otros cálices, vinajeras del platero Manuel Ortiz Ourense, siglo XVIII. Naveta del siglo XVII. Cruces barrocas depositadas por varias parroquias cercanas y también en esta sala se exhiben también ménsulas de madera que sostuvieron vigas en el monasterio, una evocando modillones, otra de tipo zapata, ambas del siglo XVII.

Bien merece la pena luego visitar la recoleta iglesia conventual dentro del estilo barroco compostelano y escuchar las plegarias de las religiosas que siempre es un regalo de paz y de belleza.

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