ENTREVISTA

Noriega y Piñeiro: “El PXOM es importante, pero no es tan necesario como tener una idea de ciudad”

La nueva junta de los arquitectos buscará reducir la burocracia y homogeneizar criterios ante tanta y variopinta normativa técnica

Enma Noriega y Antonio Piñeiro, en la sede del COAG.   | // IÑAKI OSORIO

Enma Noriega y Antonio Piñeiro, en la sede del COAG. | // IÑAKI OSORIO / A.G.T.

Les gustaría ver una ciudad “con gente, más amable” y sobre todo “más verde y accesible”. Enma Noriega coge el timón de la delegación ourensana del Colegio de Arquitectos de Galicia (COAG) siendo la primera mujer en ser presidenta en la provincia con el objetivo de visibilizar más a la profesión y encontrar criterios comunes ante el exceso de normativa técnica para los arquitectos. La delegación ourensana, que cuenta con 260 colegiados, fue la más participativa de Galicia en los procesos electorales con el 51% de colegiados y se muestran “unidos” en la idea de aportar para que Ourense tenga “una idea de ciudad”. Antonio Piñeiro, nuevo secretario de la formación, secunda la opinión y alude a la falta de voluntad política para partir de una idea general que transforme la ciudad.

–¿Cuál es su hoja de ruta en esta nueva andadura?

Enma: Pues hacer y tener un equipo de colegiados unido, visibilizar la profesión y la generación de grupos de trabajo para diferentes tareas. Además de estar al lado de los colegiados para las problemáticas que pudieran tener de forma individual y también de forma colectiva, a través de grupos de trabajo que aborden diferentes cuestiones que se planteen.

– Habla de visibilizar la profesión. ¿Cómo está?.

Enma: En general, hay bastante carga de trabajo, no es que estén con poco trabajo. Pero el problema es la dificultad que tenemos en términos de tramitación en todos los niveles. Por ejemplo, en tiempos de licencias, en contradicciones o diferencias de criterios según el lugar, la subida de los precios... pero no estamos en un momento de lo más digno. Tenemos muchas trabas y excesiva normativa.

–¿Es difícil encontrar una solución a esa problemática?

Enma: Hoy en día es difícil, pero para eso estamos aquí, para aportar. Hay tanta normativa estatal, autonómica e incluso provincial o local que, a veces, son contradictorias o de aplicación muy diferente. Una de las principales labores es trabajar e interpretar las normativas de una manera similar, sobre unos criterios parecidos y sobre todo agilizar la tramitación, que por ejemplo el tiempo de espera por una licencia en Ourense triplica al del resto de ayuntamientos limítrofes.

Antonio: Es una cuestión de exceso de trámites, la profesión en ese sentido se encuentra paralizada.Hay personal técnico que tiene verdaderas complicaciones para cerrar expedientes, no podemos tener normativa cada año que tiene preceptos contrarios o criterios contrarios a las anteriores. Hay que dejar lo que hay, pero con una interpretación y criterios homogénos.

–¿Qué se pierde con toda esa burocracia en el proceso creativo?

Antonio: Se pierde la capacidad proyectual del arquitecto, que afecta al resultado final del diseño. El tiempo de redacción de un proyecto es mínimo igual que los planos que son los justos, y, sin embargo, se triplica el esfuerzo y la capacidad en las memorias para dar cumplimiento a toda la normativa.

–¿Cómo veis a Ourense?

Enma: Pues la vemos parada. Realmente no hay una idea de ciudad, hablamos siempre de ciudad termal, pero no existe una idea consolidada de ciudad termal y las zonas termales y el termalismo está parado desde hace mucho tiempo. Tenemos la oportunidad de tener Madrid a 2 horas y esa era la gran oportunidad para convertirnos en una ciudad termal o una ciudad turística para toda la gente que llega, a través de un plan termal o un plan estratégico consolidado y bien hecho y no con decisiones puntuales o aisladas. Una ciudad no puede estar pendiente de decisiones políticas puntuales en función de la voluntad del partido que gobierne. Hay que interpretar el territorio, las particularidades y las bondades para guiar unas ejecuciones hacia ese beneficio social para todos. Se trata de voluntad política y de poner en común algo que va más allá de los colores y es la vida de la gente

Antonio: Se toman decisiones puntuales, decisiones políticas, pero no hay una idea de ciudad como tal. Ourense es maltratada en cuanto a inversiones y en cuanto a decisiones, porque se podían generar muchas actividades en torno a la llegada de la alta velocidad, para que esta provincia deje de perder gente como lleva haciendo año tras año y los jóvenes cualificados y con talento decidan quedarse aquí, cosa que no sucede.

–¿Un PXOM moderno cambiaría la ciudad?

Antonio: El PXOM no es tan necesario como se piensa y el ejemplo es Barcelona, que está trabajando con un plan de urbanismo de los años 70 pero tienen una idea de ciudad y la ejecutan en base a esa idea de ciudad y al estudio de su territorio. Y eso es importante definir qué ciudad se quiere para trazar esas líneas estratégicas de forma transversal y específicas para ejecutarla. El principal problema de Ourense es que no se piensa a años vista, a un periodo de largo, si no a corto. Ourense tiene muchas posibilidades, pero no hay una idea de ciudad.

Enma: Lo que dice Antonio es cierto, no es tan necesario, pero es importante para que los inversores tengan esa seguridad jurídica para que puedan quedarse para ejecutar proyectos, que se están perdiendo. No es que sea importante un plan de urbanismo, solo a nivel técnico, si no también a nivel de la ciudad precisamente para definir ese modelo de ciudad y sobre todo la calificación y la ordenación del territorio para, de nuevo, construir esa idea de ciudad que queremos. Esa es la clave, tener una idea de ciudad.

–¿Ourense pierde por esa falta de voluntad política común?

Enma: Sí, generalmente a lo largo de los años hacia atrás, y no a nivel solo de Ourense, pasa en muchas ciudades, cada vez que cambian los gobiernos cada cuatro años, lo anterior todo fuera y vamos a implantar cosas nuevas. Creo que siempre hay cosas buenas hechas de antes, que puedes seguir con ellas aunque tu implementes otras nuevas. Al final, esto perjudica muchísimo. Ahora una ley de esto ahora la contraria, no todo lo de antes es malo ni lo de ahora es lo mejor. Los diferentes partidos políticos tendrían que tener unas pautas mínimas en común, tener una visión de ciudad para ser un punto de partida común.

–Eso paso con el PMUS (Plan de Movilidad Urbana Sostenible). Se elaboró con una gran participación y se guardó en un cajón.

Enma: Sí. Precisamente, fui una de las redactoras y fue un hecho importante donde participó un 10% de la población de la ciudad, que son muchas personas. Conseguimos que todos los partidos, todos, estuvieran en el proceso. Sin embargo, una vez que fue presentado y aprobado se guardó. Ahora se fueron haciendo actuaciones puntuales, sin un contexto general de movilidad. Da pena que con el consenso que había, que parecía que daba igual quien gobernase, se iba a llevarlo a cabo.

–Algunas de las acciones puntuales, que recogía el PMUS, eran de movilidad vertical.

Enma: El PMUS establecía elementos de movilidad vertical o abría la posibilidad a la elaboración de un plan de movilidad vertical, pero no definía cuáles. Algunas de esas obras son necesarias porque hay barrios que lo necesitan, pero otras no eran tan prioritarias, en mi opinión. Hay que ver a largo plazo. Estas actuaciones se englobaban en una actuación global de movilidad, todo en coordinación sería una ciudad más amable. El problema no son las actuaciones en sí, si no cómo incluirlo en la movilidad global de la ciudad.

Antonio: Creo que algunas de esas obras son necesarias. Estas son pequeñas actuaciones para solucionar problemas específicos, pero Ourense no se puede quedar ahí, hay que mirar a largo plazo y buscar una visión integral de ciudad.

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