El balneario de Baños de Molgas entra en concurso de acreedores tras 150 años activo

La historia de Baños de Molgas discurre a la par que sus aguas termales, apreciadas ya por los romanos, que las bautizaron como “balneos mollicas” –baños suaves y sedantes–, y extendieron ese nombre a la localidad. En 1873, aprovechando la calidad de estas aguas y sus propiedades mineromedicinales, abrió sus puertas el Hotel Balneario Baños de Molgas, el más antiguo de la provincia en activo, con un historial de 150 años de explotación. Precisamente cuando se cumple un siglo y medio de vida, la empresa que lo gestiona ha entrado en concurso de acreedores y la instalación ha colgado el cartel de cierre.

Esto sucedía el pasado 10 de marzo, justo después de la reapertura del hotel balneario tras el descanso habitual de dos meses –enero y febrero–, en el que el establecimiento permanecía cerrado. El anuncio no fue una sorpresa para la plantilla, integrada por 15 trabajadores, que ya sospechaba que se acercaba el fin de la actividad. “Ya nos imaginábamos que cerraría”, señalaba ayer Carmen Suárez, trabajadora y delegada de personal de la CIG, que explicó que la actividad había decaído en los últimos tiempos.

Acompañados por el secretario comarcal de esta organización sindical, Anxo Pérez Carballo, un grupo de empleados compareció este miércoles ante la instalación para denunciar la “situación crítica” en la que este cierre deja a la plantilla, sin posibilidad de optar a una prestación por desempleo.

El balneario se encuentra en concurso de acreedores, en fase de liquidación, y con propuesta de venta del inmueble, el negocio y la explotación de las aguas. “Varios grupos empresariales están interesados porque es un negocio rentable, y con toda probabilidad será adquirido y volverá a la actividad, pero supone una fuerte inversión porque en los últimos años no se destinó nada de los enormes beneficios a mantener, modernizar y mejorar las instalaciones”, indicó el responsable sindical, que recordó que el hotel balneario fue un proyecto familiar cuya propiedad ha ido pasando de mano en mano y actualmente se reparte entre varios socios herederos.

"Drama humano"

Convencido de que el balneario reabrirá en el futuro, pone sobre la mesa el “drama humano” que provoca este proceso ya que los 15 trabajadores dejarán de percibir ingresos. Pérez Carballo explica que la administración concursal propuso un ERTE para que la plantilla pudiese acceder a una prestación mientras no se produce la venta y remodelación de las instalaciones. No obstante, lamenta, “nos encontramos con que el SEPE anuncia que se les van a denegar las prestaciones porque ya las tienen consumidas en la pandemia”.

Esto se debe, critica, “a que al contrario de lo que anunciaba el Gobierno, tras los ERTE del COVID el reloj no se puso a cero”. En este caso, el personal del Hotel Balneario Baños de Molgas estuvo en esta situación durante 2021 y dos meses de 2022, y al ser fijos discontinuos “no tenían acumulado el 100%, por lo que no tienen derecho a dos años de paro”, critica.

La alternativa, explica Carmen Suárez, es el subsidio, una prestación de 480 euros mensuales. En este sentido, la CIG reclama a los propietarios “que pongan dinero en la mesa para que esta gente no se quede a cero euros, sin ingresos, y tenga que recurrir al subsidio o prestación no contributiva, por culpa de una mala gestión de gente que llevó esto al fracaso y a la obsolescencia”.

Contactos con el Inorde y el Igape

En esta línea, la central sindical ha iniciado contactos con el Inorde y el Instituto Galego de Promoción Económica para tratar de buscar algún medio de financiación “con el que garantizar la supervivencia de estas personas”. Pero teniendo que son procesos que no se resuelven de forma inmediata, piden a los propietarios que “anticipen el dinero necesario, porque al final lo van a recuperar con la venta del balneario. Es inmoral e indecente que dejen al personal abandonado después de tantos años de servicio”, lamentan.

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