El Miño se traga las piscinas de Oira e inutiliza las termas

Tras el temporal de agua y viento que estrenó el año en Ourense, y en el conjunto de Galicia, la semana arranca sin lluvias, pero con un intenso trabajo por delante para restablecer las zonas dañadas a causa de los numerosos anegamientos, corrimientos de tierra y daños provocados por la crecida de los ríos y la acumulación de agua.

Aunque las precipitaciones han cesado y no se espera lluvia hasta el fin de semana, los caudales son muy altos y la Confederación Hidrográfica Miño-Sil mantiene la vigilancia sobre los ríos. De hecho, se ha activado la alerta en el Miño en A Peroxa, donde el nivel superaba a primera hora de la tarde de ayer los 6,6 metros, muy por encima de los 5,50 en los que se sitúa el umbral de alerta. Con el embalse de Os Peares al 97% de su capacidad, el agua pasaba a casi 1.800 m3/s. Ya en el término municipal de Ourense, la ocupación en la presa de Velle rondaba este lunes el 82%.

Aguas abajo del embalse, a su paso por la ciudad, el Miño se encuentra en prealerta, con un nivel de 6,84 metros, a menos de dos de alcanzar el umbral de alerta, establecido en 8,50. La fuerte crecida ha cubierto los paseos fluviales y se ha tragado las piscinas públicas de Oira, borradas por completo de la vista. Solo se percibe la barandilla que las rodea, la parte superior de las duchas de acceso a los vasos y el cartel que indica las normas de uso. También está cubierta la zona recreativa en la que se ubican las mesas de piedra. Muchos ouresanos se acercaron ayer a la zona para contemplar esta estampa que, si bien no es la primera vez que se produce, tampoco es habitual. La crecida cubrió también las termas de la ribera derecha, inutilizando por completo A Chavasqueira.

Los efectivos de emergencias trabajaron ayer desatascando sumideros en zonas afectadas de la ciudad, como Bobadela. La carretera de Reza, donde el desprendimiento de un talud se llevó por delante una caravana, ya está abierta al tráfico. Además, el Concello retiró un cedro de grandes dimensiones caído en los jardines del Padre Feijoo.

La crecida también es importante en el río Avia, que se encuentra en nivel de prealerta a su paso por Leiro y Ribadavia. En el primer caso anegó el parque de O Salgueiral y en el segundo obligó a cortar el tráfico entre Ribadavia y Arnoia, por lo que los usuarios tuvieron que utilizar la alternativa de Castrelo de Miño.

La crecida del Arenteiro también dejó complicaciones en O Carballiño, donde este lunes un socavón obligó a cerrar el tráfico de vehículos y peatones en la calle Alberto Vilanova, una de las más concurridas de la villa, donde se encuentra el centro de salud. Los daños causados por el agua provocaron el hundimiento de la calzada justo donde termina un paso de peatones, con la fortuna de que no se encontraba ninguna persona en el lugar, ya que el socavón es muy profundo.

En Arnoia, la crecida del río Arnoia, que ha superado el nivel de activación, se ha llevado por delante la pasarela de madera del área recreativa de O Inquiao. También está en prealerta el río Limia en Xinzo y Ponteliñares.

Estado de los recursos hídricos

Según los datos facilitados por la CHMS, en la última semana se registraron 134,5 l/m2 y la precipitación acumulada media en la provincia desde el 1 de octubre es de 796,6 l/m2, un 62 % por encima de la media histórica. Los embalses se encuentran al 73% de su capacidad máxima, con un aumento del 11% solo en la última semana. Este volumen es casi un 25% mayor que el llenado de hace un año, y un 7% superior al promedio histórico en estas fechas del año (66%). En lo relativo a los caudales, la media de diciembre es un 69,6% superior al promedio histórico.

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