Lo tenía todo para atraer a vecinos y turistas: fueron las primeras termas cubiertas construidas por el Concello pero de gestión privatizada; estaba a orillas del Miño, con fácil estacionamiento en el entorno del Campo da Feira, y su estética basada en las termas niponas, había sido diseñada por el arquitecto español Álvaro Varela, pero dirigida por un carpintero japonés, pues A Chavasqueira se erguía sobre su base de piedras, con pilares y estructuras de madera, engarzadas sin utilizar tornillos.

El fuego de la madrugada de 24 de abril ya se aclaró que había sido provocado, pero el daño fue total. Por tanto, según el arquitecto que lo diseñó en su día, "no podemos hablar de rehabilitación, en realidad es una reconstrucción total, pues no ha quedado nada".