-¿Cuándo se va a producir el relevo?
-Todavía no está nombrado. El rector tenía pensado nombrar a mi sustituto en marzo: en el mes que viene. Mientras tanto la secretaria, Concepción Álvarez, hace de directora en funciones. Pero lo más gordo de la UNED ya está preparado, como el plan académico y el presupuesto.
-¿Qué presupuesto tiene el cetro asociado de la UNED en Ourense?
-Cerca de un millón de euros.
-¿Quién se perfila para asumir el cargo?
-No tengo ni idea. Tiene que ser una persona, preferiblemente doctor, de una de las entidades consorciadas: la Diputación, el Concello de Ourense o la UNED. Los últimos nombramientos han sido profesores de la sede central.
-¿Qué balance puede hacer usted?
-El centro de la UNED se creó en 1992 y empezaron las clases en 1993. Yo entré de director en 1994. Cada año fuimos poniendo una o dos titulaciones nuevas, hasta las 25 actuales, que son todas las que tiene la UNED menos dos: Química y Física. En el último año pusimos Criminología.
-¿La lucha por crear el centro mereció la pena?
-El mérito lo tiene la Plataforma Pro Campus, que lideraba Etelvino Blanco en los años noventa, unido a la sensibilidad del entonces alcalde socialista, Manuel Veiga Pombo, y del presidente de la Diputación, Manuel Baltar.
-¿El centro de la UNED tiene futuro en Ourense?
-Sí, porque siempre habrá gente que quiere combinar el trabajo con los estudios. La UNED tiene la ventaja de que es muy flexible, frente a la universidad presencial, a la que yo pertenezco.
-¿Tiene proyectos nuevos, como historiador?
-Tengo en marcha un libro sobre el Cardenal Quevedo y otro sobre Antonio Ruíz de Padrón. Ruiz de Padrón fue cura de Vilamartín de Valdeorras y el principal actor para que se eliminara la inquisición en España.