Estaba llamado a ser un referente de atracción turística, al menos así lo trasladó el Gobierno gallego en 2007. Las previsiones eran que el Centro de Interpretación de Parques Naturales recibiese en torno a 120.000 visitantes cada año, una vez que el edificio estuviese finalizado en 2011, pero la realidad, casi seis años después, es otra bien diferente, y con un futuro de lo más incierto.

El portavoz del gobierno, José Araújo, ante las críticas de la oposición, se despachó con que se trata de "la herencia envenenada" del PSOE, por ser un proyecto "mal planteado y paralizado por un Gobierno socialista". Lo que queda ahora "es buscar una solución entre todos", dice.