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El primer mes de máximo riesgo deja un 79% menos de hectáreas calcinadas que en 2015

Las llamas quemaron en julio 298 hectáreas en los 4 incendios principales registrados en la provincia de Ourense -Hace un año la superficie afectada fue de 1.396 en un total de 16

FdV

La previsión anuncia que hoy podrían volver los paraguas a Ourense -hay un 80% de probabilidades de que llueva esta tarde, un 40% de que lo haga ya por la mañana-, después de mes y medio sin ver una gota (el último día con precipitaciones en la ciudad de As Burgas fue el 17 de junio). Pese a la sequía y a jornadas el pasado julio de más de 40 grados -dos de los principales factores coadyuvantes- el daño causado por los incendios forestales en el primer mes de mayor peligro es muy inferior al de julio de 2015. El año pasado el calor y, sobre todo la falta de lluvias, habían comenzado ya en mayo: no cayó una gota desde el 9 al 30 de mayo, desde el 1 al 12 de junio, desde el 15 de junio al 30, y desde el 2 de julio hasta finales de ese mes de 2015. En el arranque de campaña de riesgo alto de este verano las llamas devastaron un total de 297,67 hectáreas. En el de 2015, el primer mes dejó un balance mucho mayor, con 1.395, 88 hectáreas. La comparación año a año es de un 78,7% menos.

Disminuyó, de un julio al siguiente, la superficie forestal afectada por el fuego, y también se redujo el número de incendios importantes. En el primer mes de campaña de riesgo de 2015 hubo 16 frentes principales: Cartelle, Baltar, Boborás, Calvos de Randín, Xinzo, Cualedro -3 incendios-, Trasmiras, Oímbra, Padrenda, Entrimo, Vilardevós, A Mezquita, Pereiro de Aguiar y Ourense. El pasado mes de julio solo 4 fuegos superaron las 20 hectáreas calcinadas en la provincia: el mayor incendio de lo que va de verano, entre Monterrei y Oímbra (170,32 hectáreas); el declarado en Lobios que se propagó a Muiños (67 hectáreas); un incendio en Entrimo (23) y otro en Carballeda de Valdeorras (37,35 hectáreas calcinadas).

El incendio registrado Lobios y Muiños se aproximaba a la aldea de Parada de Ventosela, pero los trabajadores de extinción consiguieron cortar la cabeza a tiempo de que supusiera en peligro. Horas antes, cuando se inició el incendio, un peón conductor sufrió un golpe de calor y tuvo que ser trasladado en ambulancia al PAC de Bande. El incendio de Monterrei y Oímbra se declaró al pie de la A-52, lo que hizo temer un posible corte de tráfico -no fue necesario-, y por la noche estuvo cerca de una vivienda de la aldea de O Rosal. Además las llamas malograron varias viñas de particulares y alguna bodega.

Estas fueron las consecuencias principales de los incendios de este primer mes de campaña de riesgo alto. En julio de 2015, el estado de alerta y la tensión fueron mayores. Aldeas, casas y granjas estuvieron en peligro en distintos frentes; ardieron decenas de hectáreas de fincas y cultivos, y también se contabilizaron pérdidas ambientales por el daño del fuego en terrenos protegidos de Red Natura como el Parque Natural del Xurés. En la ciudad, las llamas pusieron en peligro viviendas y a vecinos en un fuego declarado en Palmés, que también afectó a Untes, y se convirtió en el mayor registrado hasta ese momento: 215,5 hectáreas arrasadas.

0 días de lluvia, como en 1990

La campaña de peligro alto de incendios comienza el 1 de julio y se prolonga hasta el 30 de septiembre. Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), hasta entonces hay un 20 % de probabilidad de que la precipitación sea superior a lo normal para esa época del año, mientras que las opciones de que se ajusten a lo habitual son de un 35 %. Que llueva menos de lo normal, probable al 45 %. En Ourense, la temperatura media de las máximas en julio, 33,2º, fue 3 superior al valor climático normal, según registros de 1981 a 2010. Hubo 0 días de lluvia, como en 1990.

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