Una guerra sin cuartel es la que mantienen el alcalde de Ourense, el socialista Agustín Fernández, y el portavoz de Democracia Ourensana y candidato de esa formación a la Alcaldía, Gonzalo Pérez Jácome, a escasos dos meses de que concluya el presente mandato. La denuncia ante el juzgado de guardia por la compraventa de un edificio en ruinas que albergó en su momento el colegio María Goretti, anulada por el juzgado, y por la que el Concello pagó 420.000 euros, es el nuevo germen de conflictividad.

La nueva denuncia de Pérez Jácome llevó al regidor a un duro ataque, y así ayer asegura que el objetivo del portavoz de DO no es otro que pretender "exterminar y aniquilar" al gobierno socialista y a él mismo, y que no defiende lo intereses generales, sino los "suyo propios".

Añadió que la judicialización de la vida política, que es en la dinámica en la que entró desde el inicio de mandato el grupo de Democracia Ourensana, sobre todo su portavoz, "perjudica a todos, especialmente a los ciudadanos", además de los costes que supone para el Concello, que deberá asumir, como fue su caso, el pago de las defensas de los políticos o funcionarios que se les archivan las causas.

Pero en el caso de la compra del edificio, y aunque sostiene que se trata de un "acto legitimo, de buena fe y por el interés público", Agustín Fernández reconocía que "se pudo cometer un error administrativo", pero en ningún caso "hay una responsabilidad penal" como así lo entiende Pérez Jácome, que en función de los datos que existen, y que aportó en el juzgado, "estamos convencidos de que se trata de una presunta estafa de libro".

En cuanto a que la denuncia se dirija contra el exregidor Francisco Rodríguez y contra él, en su condición de edil de Hacienda, Agustín Fernández advierte: "No sé qué pinta el responsable de Hacienda en este asunto, ya que se limitaba a dar conformidad a los procesos", y advertía que la compra "fue aprobada por los miembros de la junta de gobierno local.

En manos de la justicia

En cuanto a las duras acusaciones vertidas contra él por Agustín Fernández, que se refirió a él como "exterminador y aniquilador", el portavoz de DO dijo no dejar de sorpenderse, y en tono irónico indicó: "No tengo esa capacidad". Así, advirtió que lo único que hace es poner en conocimiento de la justicia las presuntas irregularidades que considera existen, en este caso concreto en la compraventa de un edificio, y que en su momento ya llevaron a un pleno a través de una iniciativa para recuperar el dinero que se pagó y que pasado más de un año "no hicieron nada".

Pero de inmediato, y siguiendo la línea de descalificaciones, Pérez Jácome se despachó con un "el alcalde tiene el síndrome de Hitler en los último días del búnker", en alusión al poco tiempo que le queda a Agustín Fernández como alcalde de Ourense. Además de subrayar que con sus acusaciones demuestra que está "desnortado, desquiciado y no sabe gobernar".

En cuanto a los argumentos que daba el alcalde, para rechazar que exista responsabilidad penal en todo el proceso de compraventa, Jácome dijo que "eso lo tendrá que decir un juez, no el alcalde que daba cobertura a una compara que luego anula un juzgado". Y de nuevo recordó la condición profesional de Agustín Fernández de inspector de Hacienda, ya que "debería tener claro que no se podía consumar la compra".

Lo que está claro es que el enfrentamiento entre Agustín Fernández y Gonzalo Jácome se convirtió en algo habitual en el último año de mandato municipal.