Cincuenta y tres empresas dedicadas al transporte de mercancías menos que hace once meses en la provincia de Ourense. Esta cifra sitúa al sector en un momento crítico en el que se ve obligado a debatir si secundar el paro indefinido propuesto por la Plataforma Nacional de Transportistas para junio o seguir adelante tratando por todos los medios de salvar el enorme obstáculo que la actual situación económica ha colocado en su ruta.

Según el gerente de la Asociación Empresarial de Transporte de Mercadorías por Estrada de Galicia (Apetamcor), Alberto Vila, “no se respira un ambiente pro paro porque las empresas quieren asegurar el trabajo”. Por el momento, y dado que la convocatoria de huelga no es todavía firme, los transportistas de Ourense valorarán la situación y el catálogo de demandas al Ministerio de Fomento para sopesar la conveniencia de parar una actividad que de por sí ya se ha visto reducida a causa de la crisis económica.

Los datos son reveladores. En mayo del pasado año operaban en la provincia 938 empresas y autónomos, de los cuales 672 correspondían al transporte pesado y 260 al ligero. En la actualidad, la cifra se ha visto reducida en un 5,6 por ciento, con 885 empresas y autónomos dados de alta a fecha de ayer, de los que 655 se dedican al transporte pesado de mercancías y 226 al transporte ligero. Es este último, precisamente, el apartado más afectado por la crisis, pues ha perdido 34 negocios del total de 53.

Alberto Vila asegura que el sector está viviendo “momentos difíciles” derivados de la actual crisis financiera y, concretamente, de dos circunstancias fundamentales provocadas por la misma. De un lado está el descenso de la actividad a causa de la reducción del volumen de producción de las industrias y, en consecuencia, de la mercancía a distribuir; y de otro, la morosidad por parte de las empresas contratantes de los servicios de transporte. Según el gerente de Apetamcor, se han ampliado “demasiado” los períodos de cobro, hasta el punto de que “algunos transportistas se ven obligados a trabajar a 90, 100 y hasta 150 días, cuando lo normal sería no pasar de 60”. Alberto Vila entiende que “las empresas tienen dificultades para pagar porque los bancos tampoco les están ayudando con los créditos”, y lamenta que “se den casos de pagarés que llegan de vuelta”.

Sin embargo, esta situación insostenible para el sector no se traduce sólo en bajas empresariales, sino en una importante reducción de la flota por inactividad. Según datos estimativos de Apetamcor, el descenso de la actividad en el último año en Ourense podría alcanzar el 40 por ciento, mientras que la facturación de los transportistas autónomos ha bajado de una media mensual de 10.000 euros a seis mil.

En cuanto a los sectores más afectados dentro del transporte de mercancías por carretera, la bajada más importante con relación al pasado mes de septiembre se ha registrado en automoción. Según Alberto Vila “el paro es proporcional al descenso en la producción de vehículos”. La crisis en el sector de la construcción afecta especialmente en Ourense al transporte de madera, pizarra y de obra, si bien el menos tocado por la actual situación económica es el transporte de alimentación, en particular de Coren. Vila señala que “es el que mejor se mantiene porque la gente sigue comiendo, y sobre todo pollo”. También se mantiene el transporte en obra pública, por el AVE.