Opinión

Cuatro Cosas

Avecilla, que poco a poco va recuperando el aliento a pesar de los intentos de levantar su veda, no se cree eso de que O Noso Presidente retrasó la investidura para ir a la boda del alcalde de Madrid. Un rumor esparcido por la malévola fontanería del rojerío con la ayuda de algún memo del otro lado. Pero una coa es segura: hay conselleiros (en funciones) que ya están de los nervios: como los futbolistas al renovar. ¿Eh?

El pájaro sabe que uno de ellos, de importancia, dijo en público que habría de eliminarse la duda para empezar a trabajar”. Y es que ni los alfonsinos más leales saben qué prepara su jefe. Quizá el único que tenga idea de cómo va el asunto sea el ex, es decir Feijóo. Pero tampoco aparece quien ponga la mano en el fuego. Así que van a tener que poner en marcha una novena. Ojo...

Entre tanto, lo del PSdeG se complica para la nueva era. Un detalle: el ya único aspirante a la Secretaría Xeral obtuvo mil avales, que comparados con los tres mil recogidos para apoyar su candidatura a la Xunta, puede ser interpretado como un bajón excesivo. Aunque tal como van las cosas quizá sea un requiescat de cara al futuro. Que, por cierto, son nada menos que las elecciones europeas. Hay canguelo, dicen. Uf...

Hablando de la izquierda, el que ha empezado bien es el subdelegado del Gobierno en la provincia pontevedresa. Presidió la Junta de Seguridad en la capital, y según narran los asistentes, todos salieron encantados. No vendría nada mal que el petrucio acertara: la delincuencia a día de hoy ha crecido casi un cuarenta por ciento, lo que hace insuficiente el número de policías que el nefasto ministro del Interior ha concedido para aumentar la dotación gallega. ¿Capisci?