Opinión

Cuatro Cosas

O Noso Presidente se lo toma con calma. Lo de la nueva Xunta, dice avecilla, que añade que aún le está dando vueltas en la cabeza. Como pasa siempre en estos casos, la tardanza desencadena rumores a tutiplé. Por ejemplo, uno de los últimos apunta a que uno de los nuevos mandamases puede ser un vigués de reconocido prestigio, y que tiene mucha mili en las filas populares. Nada hay oficial, claro, pero parece que la estrategia para con el suroeste desde la corte jacobea va a cambiar. Ojo...

El resto son meras charlas de café. Se analiza lo de la señora Candia, que sonaba –y mucho– para integrar la jerarquía, pero ká. Y se rumorea que al menos habrá otros dos cambios en el mundo del sector primario. Y es que está visto que hay puestos, aunque rodeados de agua, en los que sus titulares se queman a gran velocidad. Incluso cuando hacen muy poco para destacar. Y eso, en política, no es humildad: es temeridad. ¿No?

Hay más rumores, aunque en otras esferas. Por ejemplo, esperan algunos una muy amplia renovación en cargos intermedios. Desde la cumbre del escalafón se dice que las relaciones de parentesco van a contar mucho menos que las que se darán por méritos. Una tarea difícil porque si hasta ahora se han cuidado mucho los libros, solo se priorizaban –o casi– los de familia. Dicho sea sin ánimo de faltar al respeto y menos aún de señalar a las personas. Aunque se podría. ¿Eh?

Antes de rematar por hoy conviene insistir en que la batalla de Ourense –capital y provincia– está muy lejos de terminar. Los baltarianos cumplieron con lo prometido y en general ayudaron al triunfo del PP, pero el resquemor por el trato a su jefe sigue vivo. Ahora, muy pronto, se negociará, a la baja, la lista de reclamaciones que los jacomitas presentaron en su día como condición para apoyar en caso de que no hubiese mayoría absoluta. Ahora que la hay importa menos, pero por si las moscas en la corte preferirían el apoyo de D.O. ¿Capisci?