Protesta agrícola y pesquera: ¡no es “Bruselas”, son los ministros!

Enrique César López Veiga

Enrique César López Veiga

Estamos ante un panorama de protestas masivas en toda la Unión Europea por parte de los productores primarios (agricultura y pesca) por culpa de políticas ecolomajaretas que los sobrecargan de burocracia y obligaciones que los productores de otros países no tienen y sin embargo tienen barra libre para exportar a la Unión: no se respeta el tantas veces mencionado y argumentado “Level Playing Field” y por lo tanto nuestros productores primarios claramente sufren competencia desleal. Pero es necesario comprender el proceso de decisión en la Unión Europea para establecer dónde están las responsabilidades y a quién hay que exigir. Las Instituciones de la Unión Europea son tan nuestras como nuestras Cortes o nuestros parlamentos y gobiernos autonómicos y centrales. En el proceso de decisión en ellas se suele distinguir entre lo que se conocen como los tres pilares de la Unión Europea.

El primer pilar es el constituido por los asuntos contemplados en los Tratados CE, EURATOM, CECA y aquí se utiliza el Método Comunitario de decisión donde la Comisión tiene el derecho de iniciativa y es guardiana de los Tratados, tienen que pasar por el escrutinio del Parlamento Europeo, pero la decisión final siempre depende del Consejo de ministros, es decir el compuesto por los ministros del ramo, es decir los representantes de los Gobiernos de turno en los Estados miembros.

El segundo pilar (Acta Única Europea) donde se tratan los asuntos sobre Política exterior Común y política de defensa, no se sigue el método comunitario, sino que las decisiones se adoptan en el Consejo y por consenso: es el Método Intergubernamental. Lo mismo sucede con las decisiones relativas al tercer pilar (T. de Ámsterdam) que se refiere a materias relacionadas con la libre circulación de las personas y de la creación de un espacio de seguridad y de defensa de los ciudadanos y sobre los temas de Justicia y Asuntos Internos.

Las normas relativas a la agricultura y a la pesca se adoptan por lo tanto mediante el método comunitario, donde el Consejo de ministros tiene la última palabra. Invito a reflexionar a todos los implicados sobre cuáles han sido las posturas de los representantes españoles en el Parlamento Europeo, algunas de ellas sorprendentes, cuando se discutieron todas estas normas que están destrozando al campo y la pesca europeas y reflexionar además sobre qué han hecho los ministros del ramo …exactamente. Cabe preguntarse también para qué ha valido una Presidencia Española de la UE, que no ha sabido plantear ninguna iniciativa al respecto.

Es un disparate que la Unión Europea renuncie a tener un sector agrícola y pesquero sano y competitivo, porque esto forma parte de nuestra Seguridad Alimentaria y es obligatorio de acuerdo con el artículo 39.1.d del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea que establece como objetivo específico de las políticas pesqueras y agrícolas comunes: garantizar la seguridad de los abastecimientos. Resulta incomprensible que países como Marruecos, por ejemplo, no cumplan con la normativa comunitaria y exporten libremente a la UE sus productos agrícolas. No es de extrañar que haya quien afirme que las relaciones actuales con ese país son las mejores de los últimos tiempos, naturalmente para ellos, que no para España y la UE.

Vienen unas elecciones europeas en las que los ciudadanos europeos nos jugamos muchísimo, así que habrá que exigir mucho a los partidos, exigir responsabilidades por lo que hayan votado al respecto en esta legislatura en materia de ecolomajaretismo (hay quien votó con los verdes), y preguntarles con claridad qué es lo que piensan hacer en la próxima legislatura para resolver este problema estratégico, económico y social. Y si contestan como el ratoncito del cuento de la ratita presumida, que se dedicarán a “dormir y callar” y que le den a los sectores primarios … ¡por Dios, no los voten!

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