Crónica Política

Cumplir con el deber

Javier Sánchez de Dios

Javier Sánchez de Dios

A poco que se medite despacio, y a pesar de la opinión de sus rivales, que insisten en dibujarle como un subalterno al servicio del señor Feijóo, el presidente de la Xunta hace lo que debe. Y lo hace bien, con dignidad. Cierto que algunos cuestionaron incluso las referencias del jefe del Ejecutivo autonómico a la “lealtad de Galicia” y su negativa a someterse a las arbitrariedades de unos pocos que después pagan todos o la gran mayoría.

Pero no lo hacen aportando motivos de fondo, sino repitiendo sin cesar las consignas que llegan desde eso que se llama “más arriba” y que todo el mundo entiende. Aparte de que practican esa insoportable actitud de “notarios” que dan fe de quiénes son demócratas y quiénes no lo son, descalificando, y hasta maniobrando directamente en contra, a quienes rechacen sus tesis u osen defender las de sus crítico s. Y es que las consignas, hoy, son ley.

Expuesta esta opinión, parece obligado preguntar qué es lo que los censores del señor Rueda encuentran de reprochable en el hecho de que el titular de esta comunidad vea riesgo de grave perjuicio para Galicia en que en unas negociaciones opacas, sin posibilidad de que la opinión pública conozca ni el fondo ni la forma de las cesiones del Gobierno en funciones a quienes no acatan la legalidad constitucional y por ello tampoco la del propio equipo gubernamental. ¿Acaso debería callar don Alfonso ante el hecho, ya reconocido, de que el equipo del señor Sánchez prepara en connivencia con los beneficiados una ley exprés de amnistía extra constitucional?

Item más. ¿Habrá de aceptar en silencio que se otorgue a un partido secesionista 15.000 millones de euros bajo pretexto de enjugar parte de su deuda, con un dinero que es de todos los contribuyentes? ¿O se le exige callar la evidencia de que ni siquiera los ministros son capaces de explicar cómo se enjugarán los daños a terceros –o sea. el resto de las comunidades– semejante cantidad? ¿O es que hay que seguir callando ante la iniquidad de que se cree un escenario en el que Junts, por ejemplo, obtiene casi todo lo que exige y después reclama más?

En definitiva, el señor presidente de todos, guste o no esa condición, cumple con su deber elemental, que es defender a Galicia, lo que incluye la denuncia pública de las injusticias que contra ella se perpetran. Ojalá –dicho, como todo lo demás, desde un punto de vista personal– lo hicieran todos los demás: sería un extraordinario modo de construir un país, como decía Ortega y Gasset, desde un proyecto común. No sólo con sus opositores, sino también algunos de sus colaboradores. Pero ésa es otra historia.

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