¡Qué Mundial ni qué ocho cuartos!

Juan Carlos Herrero

Juan Carlos Herrero

La oferta conjunta de EE UU, México y Canadá ganó por sesenta y nueve votos de diferencia la candidatura al Mundial 2026 a la que optaba Marruecos. La FIFA detalla la deontología al uso para los licitadores, además de especificaciones técnicas, como derechos humanos, gestión sostenible y ambiental, entre otras virtudes. Es decir, Marruecos ya viene de lejos en la pretensión a organizar un mundial de fútbol, ahora subido al carro del Mundial 2030.

La nueva mundialización del Mundial superará con creces la candidatura USMCA, antigua NAFTA, con la organización asignada para 2030 a tres continentes, nada menos. El presidente de la FIFA Gianni Infantino “es mundial”, nunca mejor dicho. Pena que Rubiales se haya perdido la candidatura que empezó, judicializando un beso que alcanza las antípodas, España-Australia. La Globalización puede con todo.

Antes que todos estos inquietos países, Uruguay quiso conmemorar el doscientos aniversario de su Constitución y Centenario del campeonato del mundo, 1930, con su candidatura 2030. Lo que no esperaba era le salieran novias por todas las esquinas y continentes.

Argentina, actual campeona; Paraguay, que tiene la sede iberoamericana de fútbol, la Conmebol; incluso Chile que se ve apeada, cruzan el Atlántico como la vuelta del Descubrimiento repartiendo la tarta del Mundial 2030, con España y Portugal.

Conclusión. Del próximo Mundial 2026, que organizan los del tratado norteamericano, al 2030 intercontinental, multilateral y tal y tal.

Si los partidos inaugurales son para el PAU, consorcio Paraguay, Argentina y Uruguay. Si la final se la acaba llevando Marruecos, que va ser que sí. ¿Qué mundial ni qué ocho cuartos, celebramos aquí?

La respuesta –sería raro– sale de la inteligencia artificial, la misma que diseñó el logotipo Mundial 2026: “hecho por distintas agencias”, señalan.

Gianni Infantino, que es mundial, tendrá que arreglárselas para resolver esa fracción de ocho cuartos, pues son muchas las bocas, y dos la inauguración y la final. A ver cómo salen los trozos de esa tarta y quién sopla las velas.

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