¡Larga vida al espíritu de Salasón!
La emblemática sala canguesa se despide con una última noche de música y comunión
![El último baile de la Salasón](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/407441f5-ec20-4e0b-87ed-44e8c175b960_16-9-discover-aspect-ratio_default_0.jpg)
Jessica Dead Quintana Blues
No estés triste por lo que pierdes, sonríe por todo lo que has disfrutado. Con este mantra intentó despedirse la sala de conciertos canguesa Salasón y su fiel familia “salasónica” el sábado. Un último concierto con Dead Quintana Blues Experience antes de echar el cierre definitivo. Una noche de música y para celebrar la amistad de todas las personas que se conocieron y forjaron un vínculo durante estos últimos años gracias a la música.
Una noche de muchas emociones y algunas lágrimas, especialmente cuando se proyectó el video preparado por Lestrato Rock. Una grabación en el que se recogían imágenes de algunas de las actuaciones más señaladas y testimonios de bandas que tocaron en Salasón, como The Soul Jacket o King Sapo, pero también de algunos de sus asistentes más fieles.
Antes de comenzar el concierto se subió al escenario una vez más Alberto “Berto” Torres, que en nombre del resto de responsables de Salasón, quiso agradecer una vez más el apoyo y el cariño del público que a lo largo de todos estos años pasó por la sala y que con su asistencia y apoyo hizo posible la magia de la música en directo. Una intervención breve para dejarle paso al músico francés Piero Quintana, que con su proyecto Dead Quintana Blues Experience brindó una enérgica y eléctrica noche blues y rock.
![El público de Salasón y el músico francés Piero Quintana al final del concierto del sábado. | // FDV](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/d5c04064-b1d4-43ab-827b-f0b4d56bf37a_alta-libre-aspect-ratio_default_0.jpg)
El público de Salasón y el músico francés Piero Quintana al final del concierto del sábado. / FDV
De alguna manera la actuación de Quintana fue una especie de compendio de lo que fueron las mejores noches de Salasón. Un concierto intenso, en el que varias veces se bajó del escenario con su guitarra y bombo para tocar entre los asistentes. Un público que también lo elevó sobre sus hombros y lo llevó en volandas hasta la barra de la sala. Oficialmente la última canción que sonó en Salasón fue “I wanna be your dog” [Quiero ser tu perro], una versión de los míticos The Stooges de Iggy Pop. A ese cierre le siguió el inevitable bis, en el que Quintana Dead Blues Experience interpretó dos temas propios: un muy apropiado “King of rock” y “Be over”.
![Un recorrido por la historia la sala de conciertos Salasón, en Cangas](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/2cb7a085-bbde-4ce9-822f-1db23afbaee6_media-libre-aspect-ratio_default_0.jpg)
The Soul Jacket en el concierto "El último brindis" para despedir a Salasón, celebrado el domingo 10 de diciembre. / Cortesía Óscar Caamaño
La despedida vino acompañada de una foto de familia entre artista, público y responsables de la sala. Una tradición marca de la casa. Y por supuesto tampoco podían faltar los chupitos para brindar.
En el aire se queda una pregunta sin respuesta, que en realidad son las mejores. ¿Qué hubiese pasado si el nivel de asistencia a Salasón durante todos estos años fuese parecido al que se registró durante las últimas semanas, cuando se supo que la música se apagaba? ¿Hubiese cerrado o seguirían sus puertas abiertas? “La respuesta, amigo mío, vuela con el viento”, que cantaría Bob Dylan.
![Berto Torres y Henry Pérez brindan en un momento de la última noche de Salasón, en Cangas](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/7e2e5523-87d3-4bb5-834c-9f3adb3d7867_alta-libre-aspect-ratio_default_0.jpg)
Berto Torres y Henry Pérez brindan en un momento de la última noche de Salasón, en Cangas / Fdv
A pesar de la pena por el cierre, entre el público “salasónico” había un firme compromiso: seguir encontrándose en otras salas y conciertos para disfrutar de lo que les ha llevado a conocerse y forjar una sólida amistad.
Y un deseo. Que algo cambie y que la del sábado no fuese la última velada en Salasón. Que no sea un adiós, sino simplemente un hasta luego.
Eso de momento no se sabe. El futuro es una canción aún por escribir y cantar.
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