La vuelta a la normalidad está un poco más cerca para Poliésteres Sobral, la empresa radicada en el polígono industrial de Castiñeiras que vio cómo sus instalaciones quedaron calcinadas por un incendio en mayo del pasado año. El Concello de Bueu aprobó ayer la concesión de la licencia para la reconstrucción de la nave, iniciando de este modo una cuenta atrás que debería finalizar a principios de 2024, cuando los rectores de la compañía confían en poder estrenar su nueva sede.
“Dependemos del constructor, pero la idea es poder comenzar con los trabajos en diez días, y luego calculamos que en cuatro o cinco meses debería estar acabada la obra”, señala Jorge Sobral, dueño de la empresa. El hecho de haber recibido el permiso municipal en pleno verano, a las puertas de un mes de agosto en el que muchas firmas cierran sus puertas, no le hace ser excesivamente optimista sobre el ritmo de las obras en estas primeras semanas. “Quizás no podamos contar demasiado con agosto, es posible que hasta septiembre no haya mucho movimiento”, admite, apuntando que “se ha prolongado demasiado el proceso” desde el trágico accidente hasta poder sentar las bases de la reconstrucción, pasando por la demolición de la estructura afectada.
Desde el departamento de Urbanismo que dirige Martín Villanueva, se manifestó en su momento que se le daría máxima prioridad a esta licencia, al igual que a otras dos ya concedidas en los últimos tiempos, la de la ampliación del Museo Massó y la del laboratorio de control de biotoxinas de la multinacional suiza SGS.
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Poliésteres Sobral presentó el pasado mes de abril el proyecto para la reconstrucción de sus instalaciones, unos trabajos inicialmente presupuestados en los 250.000 euros, si bien Sobral reconocía ayer no tener todavía la inversión exacta de la obra, a la que habría que sumar también la maquinaria y el equipamiento necesarios. El plan contempla aprovechar la cimentación del antiguo edificio, instalado en una parcela de más de mil metros cuadrados. La futura planta baja se destinará a superficie de trabajo, mientras que la segunda servirá para acoger las oficinas.
Las nuevas instalaciones permitirán a la empresa ubicada en Bueu poder retomar la normalidad, después de que en los últimos meses hayan tenido que trabajar en naves cedidas por otras compañías del sector. Esto les ha permitido mantener su ritmo de producción y que no les afectase la desgracia del incendio en términos de trabajo. “Pero nos falta un espacio propio”, admite su propietario.
La industria que ardió en Castiñeiras tramita el derribo de la nave para poder iniciar la reconstrucción
Poliésteres Sobral se fundó en Marín hace más de 25 años para dedicarse al diseño, fabricación y suministro de piezas de poliéster reforzado y fibra de vidrio, y posteriormente se trasladó a la segunda fase del polígono industrial de Castiñeiras en Bueu. El 10 de mayo del año pasado, a las 5 de la madrugada, se detectó un incendio en sus instalaciones. Los primeros en dar aviso fueron un trabajador de la empresa, que acudió al lugar tras saltar la alarma, y una patrulla de la Guardia Civil que hacía la ronda por el lugar. De inmediato se dio aviso a los servicios de emergencia, comenzando por los Bombeiros do Morrazo, con su parque a menos de 500 metros del lugar de los hechos.
La industria calcinada en Castiñeiras tramita su reconstrucción un año después del incendio
Los trabajos de extinción se prolongaron a lo largo de tres horas, y aunque no pudieron evitar que la nave quedase completamente calcinada –a causa del material inflamable que albergaba en su interior–, sí pudieron evitar que el fuego se extendiese a las naves de alrededor, evitando que la tragedia fuese mucho mayor.