Las excavaciones en la Torre de Meira sacan a la luz un antiguo proyectil de piedra

Confirma que hubo un "enfrentamiento bélico importante”, señala el arqueólogo coordinador, Benito Vilas | La tercera campaña se centra en el patio de armas del castillo medieval

El "bolaño" que apareció en las excavaciones de la Torre de Meira.

El "bolaño" que apareció en las excavaciones de la Torre de Meira. / Árbore Arqueoloxía

Las campañas de excavación del yacimiento de la Torre medieval de Meira, en Moaña, que realiza un equipo de 7 arqueólogos de la empresa Árbore Arqueoloxía a través del proyecto impulsado desde el Concello con la colaboración de los comuneros de Meira, están confirmando la categoría de castillo que tenía esta antigua construcción. En 2021 se puso en valor parte de su torre homenaje y ahora -en la tercera fase de los trabajos centrados en el estudio de usos su patio de armas- se ha encontrado un “bolaño” o antiguo proyectil de piedra, anticipo de las bolas de cañón, que demuestra que en el castillo hubo un enfrentamiento bélico potente, en palabras del arqueólogo director, Benito Vilas.

Los bolaños eran piezas de armamento que se lanzaban desde bombardetas o pasavolantes y se utilizaron en la II Revolta Irmandiña de 1467-1469, levantada contra los nobles de las fortalezas, cuando empezó a incorporarse la pólvora en las armas de combate La aparición de esta bola de piedra demuestra que el castillo fue objeto del asedio al que se vieron sometidas las fortalezas en aquella guerra. Es similar a los bolaños aparecidos en la campaña de excavaciones, de 2004, en el castillo de la Rocha Forte, en Santiago. En este castillo fueron encontradas numerosas bolas de diverso tamaño, desde 50 a 18 centímetros de diámetro, y aun mayores. Presentaban diversos niveles de trabajado de la piedra, unos toscamente labrados, a bisel, procurando la forma esférica, empleados por ingenios de asedio con un mecanismo de contrapeso.

La bola o proyectil de piedra hallada en el patio de armas. |   // FDV

La bola o proyectil de piedra hallada en el patio de armas. | // FDV / Cristina González

La bola encontrada en Meira tiene un tamaño de unos 10 centímetros y fue hallada partida en tres trozos, lo que indica que fue lanzada y se partió en el choque. Las tres piezas estaban separadas, a unos 30 centímetros por debajo de la capa actual de tierra que se está levantando en el derrumbe de los Irmandiños.

Un ejemplo de bombardeta para lanzar bolaños.

Un ejemplo de bombardeta para lanzar bolaños.

Para Benito Vilas, se trata de un hallazgo muy interesante,ya que es la primera vez que se encuentra aquí un arma de pólvora. En las excavaciones del castillo en Santiago se encontraron numerosas bolas porque también los trabajos abarcaron más de 5.000 metros cuadrados. En Meira la zona a excavar son unos 200 metros, mucho más pequeña, por eso que las probabilidades de encontrar más de estos predecesores de las bolas de cañón son menores. Pero aún así, no se descarta que puedan aparecer más en el mes que queda de trabajo de campo, a lo que hay que añadir la fase de restauración.

Parte del equipo de arqueología estos días en la excavación en el recinto de la Torre de Meira. |   // FDV

Parte del equipo de arqueología estos días en la excavación en el recinto de la Torre de Meira. / Fdv

En la primera excavación, que se realizó en 2021, se puso en valor la estructura de la torre homenaje, que se reconstruyó metro y medio de altura.

En la segunda, se intentó excavar la muaralla, pero en el tramo trabajado, a unos 30 metros de la torre y en 24 metros cuadrados, no se encontró, o bien porque se fueron llevando la piedra o porque estaba construida en tierra. Pero se constató el potencial que tendría la muralla, de la que sí se confirmó la existencia de un torreón. Todo el recinto del yacimiento son tres hectáreas y en lo que se trabaja ahora es en el estudio del patio de armas, que habitualmente tenía función defensiva frente a asedios, para guardar armas, residencial y para caballerizas.

En las dos anteriores exacavaciones se encontraron restos de cerámica de Manises, una cruz de bronce, un colmillo de jabalí, una hebilla de cinturón y dos monedas, una de ellas del IV con la efigie de Constancio II. En ésta última campaña, además de esta bola de piedra, se encontraron dos fusayolas para recoger el hilo para tejer, lo que indica que era una zona en donde se vivía de forma permanente, por lo que tendría también uso de residencia.

El concejal de Urbanismo y Medio Ambiente de Moaña, Odilo Barreiro, muestra su satisfacción por este descubrimiento que “puede abrir una vía nueva sobre la función de la Torre”.

Otro momento de las excavaciones en el patio de armas de la torre.

Otro momento de las excavaciones en el patio de armas de la torre. / Árbore Arqueoloxía

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