Adiós a la mítica cabina de teléfonos junto a la excolegiata

Fue de imprevisto, aunque se esperaba, pero nadie informó sobre el día ni la hora. La cabina telefónica que lindaba casi con la estatua de Santiago Matamoros, en el entorno de la excolegiata de Cangas, desapareció como por arte de magia. Tampoco hay datos a esta alturas de que el acontecimiento fuera fotografiado o filmado por algún cangués. El desmantelamiento casi parece cosa de David Copperfield, el mago, no el de Dickens. Solo quedó una goma sobre la que se supone se asentaba esa clásica cabina en la que José Luis López Vázquez nos metió miedo un día. Nos cuesta deshacernos de dictadores, pero no reparamos un momento en librarnos de parte de nuestra intrahistoria, nos gustara más o menos su diseño. Somos así, de memoria selectiva.

En estos dos últimos meses, las cabinas fueron desapareciendo del paisaje urbano de O Morrazo. En Cangas, fueron en total 9. Se empezó con las que había en la Alameda Vella, esas de proporciones menos aparatosas y nada claustrofóbicas. Lo cierto que el trabajo de desamentelamiento se hizo con mucho sigilo y sin causar ningún tipo de polémicas.

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