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Los servicios de emergencia alertan del aumento de imprudencias con kayaks y paddles

Gardacostas de Galicia activó uno de sus helicópteros el viernes para localizar a varias personas en la ría de Aldán ESe puede repercutir a los usuarios el coste del operativo

La playa de Area de Bon, ayer, con varios bañistas usando tablas de paddle surf cerca de la orilla. | // SANTOS ÁLVAREZ

Los kayaks, tablas de paddle surf o los flotadores gigantes ocupan cada vez más espacio en las playas como un elemento para disfrutar del mar y del verano. Hasta aquí ningún inconveniente. Los problemas llegan cuando se hace un uso imprudente o directamente negligente de estos elementos, que obliga a movilizar a los servicios de emergencia. Desde el Grupo de Emerxencias Cangas-Protección Civil advierten de que el número de intervenciones está experimentando un fuerte incremento desde el año 2014. “Al principio se concentraban en la ría de Vigo, pero desde hace tiempo detectamos un aumento en la de Aldán”, explica su responsable, Cesáreo Coya.

El último caso que puso en alerta a los servicios de emergencia ocurrió este mismo viernes. A las 21.40 horas la central del 112 recibió una llamada de un particular desde la playa de Area de Bon, en Bueu, en la que se alertaba de que varios miembros de un grupo que salió a navegar con tablas de paddle surf y kayaks no habían regresado y no eran capaces de salir del agua. Al principio se informó de seis personas, de las cuales dos sí que fueron capaces de retornar al lugar de origen y las otras cuatro finalmente arribaron a Areabrava, en el otro extremo de la ría. “En realidad fueron un total de nueve personas, casi todas entre 20 y 30 años. Cinco volvieron a Area de Bon, bien por medios propios o remolcadas, y las otras cuatro se dejaron llevar por el viento hasta Areabrava, en Vilanova”, explican desde la Policía Local de Bueu.

El 112 movilizó inicialmente a Salvamento Marítimo, Protección Civil Bueu, Policía Local y al Servizo de Gardacostas de Galicia, que llegó a activar uno de sus helicópteros. Finalmente su intervención no fue necesaria porque a las 22.10 horas las cuatro personas que estaban sin localizar llegaron a Areabrava y se pusieron en contacto con sus compañeros para informarles de que se hallaban en perfecto estado. Fue un buen susto. “Esas tablas son hinchables y al final no dejan de ser como un gran balón de playa, con muy poca resistencia a las corrientes y al viento. Con el viento del nordés que había el viernes es normal que llegasen a Areabrava”, explica a su vez el patrón mayor de la Cofradía de Bueu, José Manuel Rosas.

El helicóptero Pesca I en un servicio sobre la ría de Aldán. GONZALO NUNEZ

Los responsables del servicio de socorrismo en las playas de Bueu apuntan que la playa de Area de Bon es una de las más complicadas para practicar paddle surf cuando sopla el viento. “Debido a su orientación te lleva hacia Areabrava. Hubo un año en el que en un solo día tuvimos que remolcar en esa playa a tres personas. De hecho tenemos un cabo especial para este tipo de remolques”, explica el coordinador del servicio. Lo que sí detectan los socorristas de Bueu es una gran falta de información entre las personas que utilizan este material, algo que también se puede atribuir a los puntos de venta. “Nos toca a nosotros hacer un trabajo de información y prevención. Muchas personas no saben que no se puede usar la tabla dentro de las zonas balizadas y para entrar en el agua hay que usar los canales de entrada y salida”, añade.

Desde el Grupo de Emerxencias Cangas advierten que el Servizo de Gardacostas de Galicia aprobó unas tasas económicas para repercutir en los casos en los que debe intervenir por imprudencias o negligencias por parte de los usuarios. “Hay personas que saben que no tienen la capacidad física o el manejo necesario de estos elementos y aún así se deciden a cruzar las rías”, asegura Cesáreo Coya. Esto a su vez afecta a la capacidad de reacción de los operativos de emergencia, especialmente si son requeridos para atender situaciones de riesgo en otros lugares.

Bañistas ayer en Area de Bon practicando paddle surf. SANTOS ALVAREZ

La lista de imprudencias es larga. Desde quien intenta llegar con un kayak de mar a Cíes o grupos de personas que se lanzan a cruzar a nado la ría de Aldán, desde Menduíña hasta Areabrava. “En el caso de los kayak que quieren ir a Cíes no se dan cuenta de que atraviesan un canal marítimo de entrada y salida y que ponen en riesgo el tráfico de un puerto de interés general del Estado, como es el de Vigo. En tierra es muy rápido manejar un coche, pero en el mar no se puede hacer lo mismo con un barco que mueve miles de toneladas”, explican desde el Grupo de Emerxencias Cangas.

Este fue precisamente uno de los asuntos que se puso encima de la mesa en la reciente Xunta Local de Seguridade. Desde los servicios de emergencia atribuyen el aumento de las alertas a una mayor “presión náutica” sobre las playas, especialmente en el caso de la ría de Aldán. Esa mayor presencia de barcos y yates se debe a su vez a las restricciones del Parque Nacional Illas Atlánticas, que desde hace años no permite el fondeo libre en Cíes u Ons. Así, las embarcaciones buscan cada vez más al abrigo de la ría de Aldán. “Hay un evidente movimiento y beneficio económico, pero también vienen estos problemas”, apuntan desde el Grupo de Emerxencias Cangas.

Las imprudencias son también extensibles a los bañistas. Muchas veces se registran quejas de embarcaciones que se adentran en las zonas balizadas, pero también casos de personas que deciden nadar fuera de las áreas con balizamiento. Y en muchas ocasiones sin llevar ningún tipo de boya o elemento visible, con lo que se ponen en peligro y suponen un riesgo para la navegación.

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