La obra concluyó a finales de diciembre, pero la meteorología y las lluvias del inicio de año obligaron a la empresa contratista a volver al lugar para darle un nuevo repaso al pavimento de zahorra. Ahora los trabajos se dan por completados, aunque los vecinos ya hace semanas que pueden disfrutar de esta nueva ruta de esparcimiento y de paseo por la naturaleza y la historia de Bueu: la segunda fase del sendero del río Bispo.
Es un trazado que comprende una distancia de casi 1,5 kilómetros de longitud, desde el entorno de O Valado hasta las inmediaciones del lavadero de A Portela. En el último momento se decidió ampliar un poco más el ámbito de los trabajos y se incluyó un pequeño tramo entre O Valado y Pumariño, una zona en la que antiguamente se mazaba el lino, tal como recuerdan vecinos del entorno.
El trayecto cuenta con dos paneles informativos en los extremos del sendero, que contienen los datos básicos de la ruta como su longitud, duración aproximada y algunos de los elementos de interés que se podrán observar a lo largo del recorrido.
La información patrimonial se recoge de manera más ampliada en cuatro paneles interpretativos que están colocados en diferentes puntos del sendero. En ellos se presta especial atención a la flora, fauna y al patrimonio de este entorno. Lo relativo a la flora procede de un libro elaborado el ingeniero forestal y paisajista Gaspar Bernárdez Villegas y que se publicará a lo largo de este año 2022. “Es un estudio en el que aborda las diferentes masas arbóreas que hay en el Concello de Bueu y cuenta con una parte específica para las zonas de ribera, como el Bispo”, explica el edil de Medio Ambiente, Xosé Leal.
En ese paisaje abundan avellanos de grandes dimensiones, castaños, laureles, robles y algún chopo, así como numerosas plantas como la lengua de ciervo, la hierba de los encantos, el helecho hembra o el pie de buey, entre otras. “Una vegetación que se sitúa en las amplias fincas alrededor del río, que en el pasado estuvieron cubiertas por prados y otros cultivos de origen humano y que hoy se mantienen en menor medida”, explica el texto.
En lo que respecta a la fauna hay especies típicas de una zona fluvial, como ranas y salamandras, junto al jabalí, zorro o aves como el mirlo acuático, lavandeira amarilla o el búho pequeño.
El patrimonio está formado por la presencia de lavaderos, fuentes y molinos de agua, como el de Verdecais, Esqueiro, Chapela, Costas, Juan Cestay, Tante, Merdeira, Rela, Cova o el de Massó. Algunos están todavía en pie y de otros se conservan restos. Además están la “Fonte do Cano das Maruxas” y el lavadero del río de A Portela (de 1957). Unos elementos que se completan con los que hay en el primer tramo de la senda (entre las calle Pazos Fontenla y Ramón Bares), donde están la Fonte do Cura o los lavaderos de Torrexeiro el de Amireiras [en Pazos Fontenla, al lado del colegio Virxe Milagrosa].
En los paneles informativos situados al principio y al final de la ruta también se dan orientaciones a los visitantes para poder desviarse, si lo desean, hacia los molinos de agua de Trasouto y de la zona de O Canudo, que es donde se realiza la muíñada del popular millo corvo de Meiro.
“Con esta intervención el objetivo es convertir todo este espacio en un lugar para el disfrute y conocimiento de un un entorno privilegiado. La primera fase se centró en el entorno urbano y ahora en la parte más rural del curso del río”, manifiesta el responsable del área de Medio Ambiente.
Alternativas para incorporar nuevos tramos
Este nuevo tramo de casi 1,5 kilómetros es un espacio perfecto para organizar actividades deportivas o que sirvan para fomentar hábitos saludables, por lo que desde las concellerías de Medio Ambiente y Deportes trabajan en posibles acciones conjuntas. Desde el Concello se plantean también la posibilidad de seguir extendiendo el sendero mediante la incorporación de nuevos tramos. La prioridad es conectar las dos fases, algo que reconocen complicado. Sobre todo por la disponibilidad y titularidad de los terrenos en el entorno del campo de fútbol de A Graña. La opción que sí parece más viable es la prolongación por el perímetro del colegio de A Pedra. Recientemente desde el bipartito BNG-ACB se envió un requerimiento a la Consellería de Educación instando a que modifique el cierre del colegio de infantil, que según el gobierno local no respeta el retranqueo exigido por Augas de Galicia.
El actual muro fue reconstruido después de las inundaciones de 2006, pero desde el ayuntamiento argumentan que no se respetó la zona de tránsito fluvial, que obliga a dejar despejada una franja de al menos cinco metros. Si desde la consellería se atiende el requerimiento municipal y retranquea el muro que linda con el río Bispo se podría habilitar un nuevo tramo de unos 200 metros de longitud, que daría continuidad al que concluye en la Fonte do Cura y llegaría hasta el entorno del lavadero de O Valado, pasando entre algunos de los centros educativos de la zona. Xosé Leal avanza que a medio plazo el objetivo municipal pasa por dar continuidad a este tipo de actuaciones con los “camiños escolares seguros” y crear accesos por As Lagoas, Mieliño y A Graña.