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El sector del pulpo pide ayudas para afrontar la veda tras un año “agónico” y de caída de capturas

Un barco descarga pulpo hace unos días en Bueu. | // SANTOS ÁLVAREZ

La valoración optimista y en clave positiva realizada esta semana en el Parlamento por la directora xeral de Pesca, Mercedes Rodríguez, acerca de la recuperación de la pesquería del pulpo no cuenta con muchos seguidores a pie de puerto. El sector de la nasa no oculta su preocupación y pone matices a los datos que en teoría apuntan a la recuperación del recurso. Especialmente desde Bueu, que cuenta con una de las flotas de referencia en el cefalópodo. Para muestra un ejemplo registrado la semana pasada: el miércoles salieron al mar una quincena de embarcaciones, que regresaron a puerto con apenas 500 kilos de pulpo. Durante este mes de abril las capturas se han vuelto a resentir, con jornadas por debajo de esos 500 kilos.

Los naseiros aceptan la necesidad de la veda e incluso asumen que debido a las condiciones que presenta la pesquería debe ser un paro más prolongado, como los dos meses acordados en la Comisión de Seguemento do Polbo. Pero reclaman que desde la Xunta de Galicia se arbitren medidas para “proteger” económicamente al sector. “Llevamos un año agónico y ahora afrontamos dos meses sin ningún tipo de ingresos”, advierten.

La recuperación a la que se alude desde la Consellería do Mar se materializa en que una lonja como la de Bueu subastó en enero 13.900 kilos, en febrero debido a los temporales se quedó en apenas 2.300 y en marzo rozó los 16.400 kilos. Son cifras que mejoran las del ejercicio pasado en esos mismos meses, con la excepción de febrero. Pero distan de los casi 30.000 kilos de enero de 2019 o de los más de 10.600 de febrero de ese mismo año. “Hay que tener en cuenta que para poder sobrevivir hay barcos que salen días alternos y hay gente que directamente no sale al mar, que tiene amarrada su empresa”, afirman. Hay quien ha optado por cambiar de arte, pero no es una de las opciones preferidas porque significa aumentar la presión pesquera sobre otras especies.

Trabajadores de la lonja de Bueu en la máquina clasificadora del pulpo.

Las diferencias son aún más grandes si se toman como referencia los meses de la primera mitad de la campaña: en septiembre de 2020 se subastaron en Bueu 3.200 kilos frente a los casi 9.300 de 2019; en octubre fueron casi 2.400 kilos ante los más de 22.000 de un año antes; en noviembre fueron casi 4.500 kilos, prácticamente la mitad de los más de 10.000 de ese mes de 2019 y en diciembre fueron algo más de 3.700 kilos frente a los casi 11.000 del final de año de 2019.

La gran esperanza está en el reclutamiento de la cría del pulpo, unos datos que invitan a un moderado optimismo. Pero también con matices. Son estimaciones que se basan en los datos recogidos por la Unidad Técnica de Pesca de Bajura (UTPB). “No son fruto de un estudio en profundidad, sino de los datos que toman a través de algunos barcos y que son difícilmente extrapolables al conjunto”, señalan representantes del sector. La directora xeral de Pesca apuntaba durante su intervención en la comisión parlamentaria que el índice de reclutamiento de nueva cría resulta esperanzador puesto que dobla al del año 2020 y está por encima de la media desde que existen registros, que comienzan en el año 2005.

Aún falta un estudio sobre las causas de una campaña tan anómala

“Dicen que hay mucha presencia de cría, pero si no la hubiese, ¿qué pasaría?”. Es otra de las preguntas que se realiza el sector de la nasa del pulpo después de un año de drásticas caídas en las capturas. En realidad la formulación de esa cuestión no deja de ser un reproche a la Consellería do Mar porque durante estos meses no se realizó ningún estudio sobre las causas que provocaron semejante desplome. Los representantes del sector argumentan que no se puede vincular ese descenso únicamente a una supuesta sobrepesca o mayor esfuerzo pesquero. “Eso puede justificar una caída de un 20, de un 30 o hasta de un 40%, pero no de hasta un 90%”, sostienen. Esa es la otra gran demanda que se realiza desde la flota. “Queremos una protección económica para un sector que viene de un año catastrófico y un estudio que vaya a la raíz de lo que pasó para saber si se puede evitar de cara al futuro”, argumentan. Desde la Consellería do Mar en la comparecencia en la comisión de Pesca se aludió a factores cíclicos, meteorológicos y medioambientales.

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