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El pulpo muestra al fin signos de recuperación y Bueu casi iguala en enero las capturas de seis meses

Personal de la lonja de Bueu con pulpo en la máquina clasificadora. Gonzalo Núñez

El pulpo parece que por fin empieza a dar muestras de recuperación después de varios meses de capturas pírricas y con buena parte de la flota amarrada u obligada a cambiar de oficio. La lonja de Bueu puede servir como termómetro para medir la situación de uno de los recursos más importantes para la flota de la bajura de Galicia. Solo durante el mes de enero las capturas casi igualan a las registradas en los seis meses previos, desde la apertura de la campaña. Es cierto que el número de kilos subastados no es muy elevado –casi 14.000 kilos–, pero también lo es que la sucesión de temporales de las últimas semanas ha obligado a la flota a permanecer amarrada día sí y día también.

El patrón mayor de la localidad y presidente de la Federación Provincial de Cofradías, José Manuel Rosas, admite que las cifras invitan a pensar en una recuperación, pero con “prudencia”. Desde que se abrió la actual campaña del cefalópodo, el pasado 1 de julio, hasta finales de diciembre las capturas registradas en la lonja de Bueu fueron de solamente 15.900 kilos. Mención especial merece el mes de agosto, en el que solo entraron en la lonja 303 kilos.

El estado de la pesquería obligó a muchos armadores a amarrar o a reducir de manera drástica las jornadas de trabajo porque las capturas con las que volvían a puerto no llegaban ni de lejos para cubrir los gastos de combustible, carnada o para pagar a los tripulantes. El producto llegó a cotizarse a máximos de 12 euros el kilo, pero eso era también porque la mayoría de los días las tripulaciones volvían con menos de 20 kilos a bordo y los ingresos eran a todas luces insuficientes.

Desde inicios de año este escenario ha empezado a cambiar, con días en las que solo las capturas de esa jornada igualaban las de alguno de los meses precedentes. “Pero nos sigue faltando un estudio serio sobre lo que ha pasado, es un documento que nos daría pie a valorar qué es lo que se hizo mal o qué habría que rectificar”, argumenta José Manuel Rosas.

El patrón mayor de Bueu subraya que el pulpo es una especie lo suficientemente importante, tanto por número de embarcaciones como por rentabilidad económica, para que se encargase ese trabajo científico. De lo que está seguro es que las causas del brusco descenso en las capturas, hasta la casi desaparición de la especie en la lonja, no se puede atribuir únicamente a la presión pesquera del sector. “Eso podría explicar un descenso del 20% o del 30%, pero no de un 90%. Sabemos que esto se mueve por ciclos, con años buenos y otros peores, pero para llegar a la desaparición casi total y absoluta del recurso tuvieron que influir otros factores”, afirma.

Los últimos meses de baja actividad y los temporales de estas semanas han servido como una especie de “veda natural” que también han ayudado a la recuperación del cefalópodo. Los barcos que están trabajando transmiten que ahora sí ve que “están todos los eslabones de la cadena”, desde cría hasta ejemplares adultos y de mayor tamaño.

Así las cosas, lo más probable es que durante los próximos días cada vez más barcos vayan incorporándose nuevamente a la campaña del pulpo para afrontar los últimos meses. Si no hay cambios, lo más probable es que en breve cofradías y Consellería do Mar comiencen a hablar de la veda de 2021 y del plan de explotación de la campaña 2021/22.

El ejercicio 2020 ha sido tan especial que por primera vez desde que existen registros el pulpo no ha sido la especie con mayores ingresos para la cofradía de Bueu. El cefalópodo fue desbancado por el erizo, pese a que la flota de este recurso está compuesta por media docena de embarcaciones y que solo puede trabajar seis meses al año.

Rosas: “El semáforo se puso en rojo, rojo, rojo. Este tiene que ser un año especial en todos los sentidos”

El patrón mayor de Bueu ilustra de manera muy gráfica la situación vivida durante los últimos meses con la pesquería del cefalópodo. “El semáforo se puso en rojo, rojo, rojo. Hay que analizar qué es lo que pasó y para ello hacen falta estudios científicos, viendo como es el trabajo día a día en los barcos de la flota”, reclama José Manuel Rosas. El sector y la consellería tendrán que sentarse en breve a negociar la próxima veda y el plan de explotación para la próxima campaña. El patrón mayor bueués está convencido de que la situación de los últimos meses influirá en esas negociaciones y en las medidas que se adopten. “Venimos de un año especial y este también tiene que ser muy especial en todos los sentidos” y por ello reclama que es necesario “tener sensibilidad” ante la situación que está viviendo la flota del pulpo. Habitualmente la veda comienza a mediados del mes de mayo y se prolonga hasta finales de junio para que la campaña del pulpo y la nécora comiencen el 1 de julio.

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