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Inician la construcción del dique de abrigo de A Mosqueira, que estará instalado antes del verano

La adjudicataria construirá la estructura flotante dividida en varios tramos y los unirá sobre el mar durante el fondeo en Moaña

El muelle de A Mosqueira visto desde el rompeolas de O Con. // Gonzalo Núñez

Este será el último invierno que los bateeiros de Moaña que amarran en el muelle de A Mosqueira deberán soportar el fuerte oleaje sin un abrigo adecuado. Y es que antes del verano deberá estar instalado el nuevo dique de abrigo contratado por la Xunta y que partirá de la punta del rompeolas de O Con. La empresa adjudicataria de las obras, Construcciones López Cao SL, inició ya su periodo de construcción y en la primera semana de febrero deberá tomar cuerpo el primero de los tramos de una estructura que tendrá 20 metros de longitud y se construirá en siete tramos distintos, en una nave, que serán ensamblados sobre el terreno. Desde la empresa adjudicataria confirman la previsión de que esté instalado como muy tarde en los primeros días del verano, resolviendo así la primera fase de la histórica demanda de mayor abrigo y más espacio para el amarre del sector mejillonero, uno de los grandes motores económicos de Moaña. Cada tramo se construirá en dos semanas y el fondeo se hará cuando todos estén listos. La petición de los bateeiros se remonta a hace más de 10 años. El sector esperaba que el abrigo estuviese listo este invierno pero la tramitación se prolongó más de lo previsto.

La segunda fase debe ser la construcción de un pantalán interior con forma de "T" que tendrá un mínimo de 15 amarres para evitar que los balandros tengan que estar abarloados en varias filas, como ocurre desde hace años. El Concello intenta que la Consellería do Mar se comprometa a ejecutar esta segunda fase también a lo largo de 2020, aunque implicará un dragado, pues la estructura se instalará en la lámina interior de agua de A Mosqueira partiendo de la mitad de la dársena.

La Consellería do Mar adjudicó el dique de abrigo a Construcciones López Cao en noviembre, por 560.350 euros más IVA, lo que supone una rebaja del 20% con respecto al coste previsto. Se trata de la principal inversión prevista para Moaña este año en los Orzamentos Autonómicos de la Xunta.

El rompeolas flotante buscará atenuar el oleaje que afecta tanto a los barcos que amarran en A Mosqueira como a los que emplean el pantalán flotante recientemente construido desde la mitad de la estructura de O Con. El dique flotante tendrá 140 metros de longitud y partirá desde la punta del actual dique de O Con. Estará integrado por siete bloques monolíticos de hormigón, de 20 metros de longitud cada uno, 5 metros de ancho y 1,8 metros de puntal. El interior del módulo irá relleno de poliestireno expandido, actuando de flotador. Incluirá dos fijaciones laterales "tipo Halfen" y cada módulo estará dotado de dos conducciones con 55 milímetros de diámetro para la previsión de paso de las instalaciones de servicio.

Como cimentación Portos propone preliminarmente 38 muertos de hormigón de dimensiones 2,5x2,4, con 0,90 metros de canto. Se dispondrán en grupos de dos y se construirán en forma de cuña. Se apoyarán en un lecho marino que el estudio geotécnico define como limoso arenoso, con potencias que alcanzan la decena de metros. El fango es precisamente lo que descartó hace varios años la ampliación directa del muelle de A Mosqueira y obligó a el estudio de hasta siete alternativas diferentes.

En 2009 se descartó la actuación que más cerca estuvo de ejecutarse hasta la fecha. Se había proyectado en 2004 como ampliación directa de la estructura de A Mosqueira, pero finalmente se suspendieron los trabajos debido a los 50.000 metros cúbicos de lodos que rodean a la plataforma y que impidieron la fijación de los bloques al fondo submarino, con profundidades que llegan hasta los 12 metros.

Sin luz

Más allá de la falta de espacio en A Mosqueira los bateeiros que amarran en este muelle sufren desde hace tres semanas la falta de iluminación desde la entrada del puerto, al estar fundidos varios puntos de luz desde hace tres semanas. Esto dificulta el trabajo a primera hora de la mañana y hace la zona más insegura también para los viandantes y para los deportistas del club de remo. Llegaron a pedir al Concello la instalación de focos provisionales. Otro problema grave en este invierno con tantos temporales es la falta de abrigo en el muelle de Domaio.

La parte positiva es que desde comienzos de diciembre están abiertos todos los polígonos de bateas de la ría de Vigo. Esto supone a un alivio para un sector que sufrió los efectos de la toxina con dureza a lo largo de 2019, sobre todo en las zonas de producción situadas frente a Barra, Liméns y Areamilla, en Cangas. En las dos primeras fue imposible extraer molusco durante 236 días del pasado ejercicio y en la tercera el cierre fue de 204 jornadas.

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