A lo largo de estos meses Manuel Mundín Guimeráns no se ha estado quieto. Se ha preocupado de recopilar toda la documentación posible y de hablar con las compañías armadoras, que le dan la razón. Entre los documentos que ha conseguido están los certificados de reconocimiento de la instalación frigorífica, un requisito que se exige a los buques congeladores y que serviría para probar que esos barcos en los que estuvo embarcado eran precisamente congeladores y no fresqueros. Sin embargo, con esos papeles en la mano se encontró con alguna respuesta cuanto menos curiosa, como la de una persona del ISM en Madrid. "Cuando le hablaba de la instalación frigorífica me llegó a decir que eso era como la nevera que tenía en casa", relata. La contestación de Manuel Mundín fue educada y amable, pero cotundente e incontrovertible: "Pues pruebe usted a dejar una merluza durante 140 días [el tiempo que suele durar una marea] en ese frigorífico que tiene en casa y luego intente comerlo". Más claro imposible.
También consiguió un certificado de la Cooperativa de Armadores de Pesca del Puerto de Vigo (Arvi), que certifica que los barcos en los que trabajó el patrón de pesca cangués y que pertenecieron en algún momento a la cooperativa son efectivamente congeladores. "Sé que no es un documento oficial, pero son los propios armadores los que reconocen que son congeladores", sentencia.