El pleno de Cangas volvió a terminar antes de tiempo y con incidentes, tras bloquear decenas de vecinos contrarios a la construcción del puerto deportivo de Massó la salida de la sala a los corporativos. Protestaban así por la negativa de la alcaldesa, a instancias de la secretaria, a debatir una propuesta de ACE en ese sentido como moción, sino como ruego. El tono de las protestas se fue ampliando, y Clara Millán levantó la sesión tras advertir en varias ocasiones, en balde, que no permitiría más interrupciones. Cuando los concejales se dirigían hacia la puerta para abandonar la sala, un grupo de vecinos se apresuró a cerrarla, en medio de abucheos a la propia regidora y a los ediles del BNG, PSOE y PP, que regresaron a sus asientos y esperaron a que la situación amainara. Sólo dos policías locales custodiaban la sala y la alcaldesa eludió llamar a la Guardia Civil, a pesar de sentirse “secuestrada”, de que sobre el estrado cayeron varios huevos, uno de los cuales alcanzó al interventor, y de un rifirrafe entre concejales de ACE y del BNG. Un cuarto de hora después los vecinos trasladaron su protesta a las escaleras del consistorio, en una asamblea improvisada donde anunciaron la firme disposición de vecinos y marineros a impedir las obras, y luego se concentraron en el exterior, antes de dispersarse.

La alcaldesa y su grupo, el BNG, fueron los principales destinatarios de las críticas, aunque sus socios de gobierno socialistas, e incluso el PP en la oposición, no se salvaron de los insultos y abucheos. “¡Delincuentes!”, ¡vendidos!”, “¡sodes todos iguais!” o “¡paralización xa!” se oyeron desde las filas del público y sirvieron de prólogo a la decisión de la alcaldesa de dar por terminada la sesión. “Estaredes contentos co altercado”, le recriminó el concejal del Bloque Xosé Xoán Santamaría a Mariano Abalo y Maruchi Álvarez, de ACE. El edil frentista le llamó “payaso”, y los propios compañeros se interpusieron entre ambos para que el asunto no llegara a las manos. También algunos simpatizantes de ambos bandos intercambiaron insultos, como “¡ladróns!”” o “¡fascistas!”.

Tanto desde las filas del gobierno como de la oposición se calificó de “bochornosa” la situación. El PSOE demoró su salida de la sala para prevenir incidentes, aunque sus ediles dijeron no sentirse amenazados. Clara Millán fue más contundente: “Isto chámase secuestro da alcaldía e da corporación”, mientras que el portavoz del PP, José Enrique Sotelo, se limitó a preguntar: “¿Acaso alguén cré que estamos aquí por gusto?”

En la asamblea realizada por los opositores al proyecto se criticó la falta de implicación municipal en la paralización de las obras, que no servirá para que el proyecto de Marina Atlántica siga adelante, advirtieron, y se convocó a quienes rechazan las obras a concentrarse el lunes, a las siete de la mañana, en la zona de los rellenos para evitar que la empresa los continúe. Añadieron que no van a “tolerar que a Guardia Civil realice unha detención máis por esta causa”. Para hacer frente a las multas, esta noche tendrá lugar en Monte Carrasco un “concerto solidario SOS Massó”, con la actuación de Sonoro Maxín, Dios ke te crew, Stupenda Jones y Dakidarriba. La entrada cuesta cinco euros.

Dedicación exclusiva

Hasta el debate sobre el puerto de Massó, la sesión plenaria de ayer había discurrido ágil y sin incidentes. Se aprobaron con escaso debate el estudio de detalle de la UA 4.1.1, de la ordenanza reguladora del servicio de ayuda en el hogar y de los precios públicos a aplicar, así como el reglamento de Protección Civil y la propuesta de modificar las dedicaciones exclusivas, que por el PSOE pasa de Héctor Otero a Toñi Queimaño. Ésta última con el voto en contra del PP y la abstención de ACE, que considera que la dedicación exclusiva debería ir ligada a la Concellería de Obras e Servizos.