La caballa ya no llama a la flota

Una veintena de barcos pontevedreses con artes distintas al arrastre y el cerco renuncian a capturar esta especie por la dificultad para encontrarla: “No es normal lo que ocurre”

Descarga de caballa capturada por el barco portugués “Antonio do Vellino”.

Descarga de caballa capturada por el barco portugués “Antonio do Vellino”. / R. SOLÍS

Son barcos de tres tripulantes como el Furia del Mar y el Pesgal, pero también de cuatro como el Kaiser Dos, el Playa de Sanxenxo o el Jordibola; de cinco como el Nuevo Maresco, el Chubasco Tres o el Xandeiro; y de seis como el Pintor Dos y el Hermanos Mascato Dos. En total, una veintena de embarcaciones pontevedresas con artes distintas al arrastre y el cerco han renunciado a capturar caballa esta temporada, conforme ha hecho constar la Federación Provincial de Cofradías en una comunicación que la Secretaría General de Pesca recibió el pasado 28 de marzo, en la cual figuran otros buques como el Chapeliño, el Hesar o el Non Sei.

Aglutinan a cerca de un centenar de marineros, aunque lo más llamativo es que son más naves las que han expresado su no rotundo a salir a faenar que las que sí han decidido aventurarse a hacerlo. Solo 14 frente a las 22 que se han negado. El problema es que el género de la especie Scomber scombrus no aparece, y tras un “catastrófico” 2023 en el que también brilló por su ausencia muchos armadores han optado por “quedarse en casa” y no emprender la larga travesía que frecuentaban realizar por estas fechas. Un recorrido que culminaban casi siempre en los litorales del País Vasco, Cantabria y Asturias.

Allí llevaban a cabo el grueso de la actividad hasta regresar a sus respectivos puertos base con la mercancía recolectada, pero el año pasado volvieron con las manos prácticamente vacías. Unas 300 toneladas “no se consumieron”. Las cifras las proporciona el presidente de las cofradías pontevedresas, José Manuel Rosas, para quien la falta de caballa –o al menos la dificultad para encontrarla– está relacionada con los efectos del calentamiento global: “No es normal lo que está ocurriendo. Puede que sea un ciclo, pero también puede ser algo atribuible al cambio climático”.

Lo cierto es que, como comenta este profesional, la ruta migratoria que hacía este pez se ha visto alterada. “No viene el que venía, no sé si acosado por la presencia de atunes que también han modificado sus zonas”, explica. La pesquería de la xarda, como se conoce a esta especie en gallego, dio comienzo el pasado 6 de marzo en las zonas 8c y 9a para los buques de otras artes diferentes de arrastre y cerco con puerto base en la provincia de Pontevedra. Se fijó una cuota conjunta de poco más de 545 toneladas, de las cuales 463,5 se han destinado a la pesca dirigida (el 85% de la cuota provincial) y 81,8 a la pesca accesoria (el 15% sobrante).

“Está desaparecida”

“La mayoría no se anima porque el año pasado ya fue catastrófico”, apunta Rosas. “La caballa está prácticamente desaparecida y por eso la gente ya ni va, y los van es sin la garantía de saber si pescarán”, remata. Tal como expone, nada tiene que ver este panorama con la situación que se daba años atrás, cuando la cuota se finiquitaba en un abrir y cerrar de ojos. “En 15 días ya no había, entonces venía una masa importante de pescado”, añade. “Este año llegaron unas manchitas, los barcos pescaron unos días, lo normal, pero ha vuelto a desaparecer”, remarca.

Entre esos valientes se encuentran el combarrés Modesto Uno, los cambadeses Novo Boleiro y Novo Meixides, o el cangués María del Carmen. En función de su tripulación, estas embarcaciones tienen derecho a más o menos parte del pastel –con topes de captura que van de los 13.906,4 kilos de caballa para aquellos de dos tripulantes hasta los 41.719,1 kilos para los buques que cuentan con seis marineros– siempre y cuando sean capaces de conseguir dicho trozo.

Y no está siendo tarea sencilla; de hecho al contrario, más bien se está volviendo una misión imposible. Como recogió FARO a lo largo de la pasada semana, parte de las embarcaciones gallegas que se han desplazado hasta el Cantábrico para faenar no están obteniendo los resultados deseados. Empezamos a pensar que aquí no pintamos nada y que va a ser mejor volver”, explicaba en declaraciones a este periódico el patrón mayor de Cambados, Alejandro Pérez, haciendo hincapié en las escasas capturas de la flota desplazada: “Es, con mucha diferencia, el peor año. Estamos pescando entre toda la flota 30, 40 o 50 cajas”.

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