Los científicos cifran el daño de las vedas para la flota en hasta 16 millones anuales

El pasado 9 de octubre, tras semanas de intenso diálogo, la Comisión Europea decidía implementar una veda a la pesca de fondo en 87 caladeros repartidos desde el Golfo de Cádiz hasta el norte del caladero de Gran Sol. Afectaba a arrastreros y palangreros de fondo, y lo hacía en base a un informe del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES, por sus siglas en inglés) con la premisa de proteger los ecosistemas marinos vulnerables (VME, en inglés) detectados o que, en base a sus parámetros, podrían estar presentes. Bruselas actuó sin un informe socioeconómico previo que evaluase el impacto que tendría la medida para la flota, lo que provocó la ira de todo el sector en Galicia y en los otros países afectados (Francia, Irlanda y Portugal). El ICES llegó a publicar una nueva recomendación, en la que proponía incrementar el número de zonas vedadas, pero seguía sin haber rastro de un informe sobre las implicaciones que tendría la medida en la pesca. Hasta ayer. El Comité Científico, Técnico y Económico de la Pesca (Stecf) hizo pública su opinión al respecto y se mostró rotunda en sus conclusiones: estima una pérdida económica para los buques gallegos de hasta 16,6 millones de euros anuales y, a su juicio, “la flota española es, con diferencia, la más impactada”.

El informe, publicado ayer por la mañana, figura en medio de la compilación de las iniciativas tratadas en su último plenario, tal y como estaba previsto. La opinión sobre las vedas ocupa solo 15 de las 129 páginas del documento y en ella los expertos comunitarios evalúan tanto los efectos de la veda en 87 zonas –ocupan más de 16.400 kilómetros– como los escenarios propuestos por el ICES a principios de año para la revisión anual, pendiente, entre otros motivos, de este estudio de impacto socioeconómico.

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La Comisión sí fue advertida del “impacto significativo” del veto a la pesca de fondo

Así, el Stecf fue requerido para analizar el impacto sobre la flota en función de los cierres en vigor desde el 9 de octubre, así como realizar un “resumen de las hipótesis y limitaciones de este análisis” y, en la medida de lo posible, valorar el potencial impacto positivo a nivel socioeconómico para la sociedad por el beneficio en biodiversidad que supuestamente suponen estas vedas.

Sobre esto último, los expertos resuelven rápido la cuestión: para poder valorarlo, “puede abordarse más a fondo” en el futuro, a través de un “seguimiento” de este tipo de análisis en el tiempo. “El Stecf concluye que evaluar plenamente el valor socioeconómico positivo para la sociedad en términos de ganancias de biodiversidad es una cuestión más amplia que también puede implicar otros tipos de servicios ecosistémicos distintos de la pesca únicamente”, resumen.

Impacto

Con mayor profundidad se pronunciaron sobre el daño que los vetos tienen sobre la flota, pese a las “importantes limitaciones” y al “breve plazo” del que disponían. Si bien considera que “deben considerarse preliminares”, los resultados no dejan lugar a dudas: la flota sufre un impacto económico por las vedas y los buques más afectados son los españoles.

De acuerdo con el Stecf, de haberse aplicado entre 2013 y 2021 (tienen en cuenta esos datos de estos años) los tres escenarios que hay sobre la mesa (el ya en vigor y los dos propuestos en la revisión del ICES de este año), la flota española sufriría “un impacto medio anual estimado entre 13,3 y 16,6 millones de euros al año”.

Entre 13,3 y 16,6 millones de euros al año de media de impacto sobre la flota española

De igual forma, apuntan que el valor añadido bruto (VAB) generado por el sector afectado se vería dañado en cerca de un 10%, como máximo. “La flota española aparece como la más afectada, en torno al 7-8% del VAB”, concretan los expertos. En particular, estas pérdidas afectarían a los arrastreros, palangreros de fondo y a las dragas (principalmente francesas, para la pesca de vieira).

Además, el Stecf apunta que “los resultados muestran que estas flotas tendrían la posibilidad de compensar la pérdida de oportunidades espaciales desplazando el esfuerzo hacia las zonas circundantes”, algo que, según el sector, supondría trasladar la presión pesquera a otras zonas que ahora no la sufren y lo que provocaría encontronazos entre los distintos segmentos de flota. “Sólo unas pocas áreas son susceptibles a los efectos de pesquerías específicas bajo los tres escenarios”, añaden, en relación al Golfo de Cádiz, el cañón de Avilés y Porcupine Sea Bight, en Gran Sol.

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Segmentos

Con las vedas actuales, los barcos más afectados son los arrastreros y cerqueros españoles de entre 18 y 24 metros y de 24 a 40 metros en la más restrictiva de las propuestas realizadas este año por el ICES.

A mayores, el Stecf sitúa las pérdidas de la flota español en hasta casi 650.000 euros anuales entre 2018 y 2021, siendo superadas por las que sufriría la flota gala. “Esto se debe a los cambios en la notificación de datos después de 2018”, explican, recalcando que en el conjunto de años (2013-2021), la más dañada sigue siendo la española, formada en su mayoría por los barcos gallegos.

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