Irlanda denuncia “errores graves” en el informe que vetó la pesca de fondo

Los armadores de Killybegs cuestionan “la validez de los cierres actuales” de las 87 áreas tras un profundo análisis sobre un área de Gran Sol | Solicitan al ICES que se retracte

El puerto pesquero de Killybegs, en el noroeste de irlanda. |   // KFO

El puerto pesquero de Killybegs, en el noroeste de irlanda. | // KFO / Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

El cierre a la pesca de fondo de 87 caladeros decretado el pasado 9 de octubre por parte de la Comisión Europea todavía colea entre el sector pesquero, pendiente ahora de los efectos que tiene la revisión publicada en marzo sobre el informe científico en el que se basó la prohibición. A la espera de ver la nueva propuesta de Bruselas, la flota, en especial la del palangre de fondo, continúa buscando explicaciones a cómo se ha podido llegar a esta situación. Los últimos en tomar parte son los de la Organización de Pescadores de Killybegs (Killybegs Fishermen’s Organisation, o KFO), una de las principales localidades con tradición pesquera de Irlanda. A través de un exhaustivo análisis de aquel primer informe de 2021 a cargo del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES, por sus siglas en inglés), los armadores han detectado “errores graves” en las áreas delimitadas por la supuesta presencia de ecosistemas marinos vulnerables (VME, en inglés), por lo que piden a los expertos que se retracten y que “realicen una revisión completa y transparente”.

El estudio realizado por la KFO, de 37 páginas, se centró en los polígonos delimitados en la zona que más le afecta a sus armadores, la VIa, que comprende la zona norte del histórico caladero de Gran Sol, es decir, en las aguas al noroeste de Irlanda. Y en sus conclusiones, la organización va más allá de los errores de batimetría develados por FARO, con áreas incluidas entre las zonas vetadas a la pesca de fondo pese a no situarse entre los 400 y los 800 metros de profundidad, lo que liberó a la pesca 41 de las 87 zonas.

Según los armadores irlandeses, detectaron una “falta de transparencia en el proceso de evaluación en el que se basa el dictamen” y “errores en la base de datos” utilizada por el ICES, así como en el portal habilitado para localizar los ecosistemas marinos vulnerables.

Así, la KFO detectó que e cinco de los nueve polígonos de la zona de estudio había fallos en su delimitación, así como en la propia localización de los delicados ecosistemas marinos. “Es evidente que la delimitación de una proporción significativa de las zonas de veda de los VME en la división VIa no está respaldada por ninguna prueba científica”, apuntan con contundencia.

De hecho, según los armadores este análisis pone de manifiesto “importantes problemas, errores, errores probables e incoherencias en los resultados” de la evaluación realizada por el ICES, lo que a su juicio “parecen estar relacionados en gran parte con errores en la base de datos de VME del ICES”.

Pese a que reconocen “la necesidad de conservar y restaurar los hábitats y ecosistemas marinos sensibles”, los errores detectados les llevan a pedir a la Comisión Europea la suspensión de estas vedas a la pesca de fondo, además de reclamar al ICES que se retracten del informe.

“Si faltan datos, los recursos deben centrarse en recopilar datos empíricos reales para colmar esas lagunas. Cada vez se dedican más recursos a crear modelos cada vez más complejos para suplir la falta de datos reales. Esto conduce a menudo a una gran extrapolación de los datos subyacentes, al desarrollo de medidas de gestión inapropiadas e ineficaces y a la pérdida de confianza en el asesoramiento científico”, explican.

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