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El COVID complica la salida de la flota de Malvinas: “Extremamos las precauciones”

Salida del buque “Monteferro”, ayer desde los muelles de Marín. | RAFA VÁZQUEZ

Uno de los peores lugares en los que pueden aparecer los síntomas de COVID es, sin duda, en medio del mar. El sector pesquero lleva desde el inicio de la pandemia intentando evitar a toda costa que los contagios lleguen a bordo, lo que resultaría muy peligroso para las tripulaciones por las distancias con tierra firme y lo que daría al traste con las mareas previstas por las armadoras. Lo sabe bien la flota que faena en Malvinas, que a comienzos del año pasado sufrió retrasos en su salida hacia el caladero y vivió casos de positivos a bordo pese a las precauciones tomadas por las empresas. Este año la situación es similar. En un momento en el que el grueso de los buques está a punto de salir, los contagios empiezan a aflorar en los test preliminares. Se trata, según fuentes del sector, de casos “asintomáticos o con síntomas leves”, pero que están llevando a la flota a tomar todas las medidas posibles. “Estamos extremando las precauciones y se está haciendo de todo; no deseamos correr el más mínimo riesgo”, comentan.

Tripulantes del "Monteferro", saludan desde el barco. RAFA VAZQUEZ

La primera campaña del año en Malvinas para la captura de calamar Loligo dará comienzo el próximo 23 de febrero. Ante la larga travesía de 10.500 kilómetros desde el puerto de Vigo, la flota comienza a navegar a mediados de enero para llegar a Montevideo –y recoger a parte de las tripulaciones extranjeras– o directamente a Stanley, capital del archipiélago, y aprovechar para pescar en aguas internacionales. Los más de 20 días de travesía se convierten en momentos de tensión por la posibilidad de que aparezcan casos COVID a bordo, de ahí que las armadoras echen mano de todos los recursos a su alcance para evitar que suba a bordo algún integrante contagiado.

Ya a comienzos del pasado año las firmas utilizaron protocolos creados específicamente para intentar que los arrastreros saliesen de puerto limpios. Si ya entonces la salida se retrasó y los barcos tuvieron complicaciones en alta mar por los positivos, con la actual sexta ola la situación no es más fácil. La disparada cifra de contagios por la variante ómicron está complicando estos protocolos. “Esta vez el problema estuvo más en las tripulaciones de aquí y no tanto en las extranjeras”, explican desde una de las casas armadoras.

Las fuentes del sector consultadas reconocen que ya están apareciendo “caso positivos en los test preliminares” , aunque confían en que el inicio de la campaña no se vea amenazada. “Para llegar al principio de la campaña de calamar, de momento, hay margen”, comentan, “un retraso ahora no sería muy problemático”. Por ahora los casos descubiertos “son asintomáticos o con síntomas leves”.

Además, con la situación actual, al poder viajar en avión, los tripulantes que se vean afectados tienen la opción de embarcar tres semanas después en la capital de Uruguay, puerto base para la flota viguesa de alta mar, “una vez pasada su cuarentena y siendo negativos”.

Cambio accionarial

Por otro lado, las armadoras que trabajan en Malvinas siguen ultimando los cambios accionariales demandados por el Gobierno isleño para poder extender las licencias de pesca para 25 años más. Las firmas tienen hasta finales de marzo para acordar, si así lo desean, que sean sus socios malvinos los que tengan la mayoría de la joint venture creada entre ambos (es decir, al menos el 51%). “Es una decisión de las empresas y todavía queda tiempo”, explican desde la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI).

El salvavidas dron, a bordo del "Castelo". Gaexcon

La viguesa Gaexcon equipa con salvavidas tipo dron a los tres buques de Rampesca

El Grupo Rampesca ha equipado sus tres grandes buques congeladores, Monteferro, Montelourido y Castelo, con sendas unidades del innovador sistema salvavidas U-Safe, que le han sido suministradas por la empresa viguesa Gaexcon, distribuidora para España del moderno dispositivo.

U-Safe es un sistema autopropulsado y controlable a distancia, diseñado para actuar como “un dron o robot acuático” capaz de llegar rápidamente y de forma precisa a una persona que se encuentre en peligro en el mar. Es capaz de moverse en el agua a una velocidad de 15 kilómetros por hora, y se puede autopropulsar y controlar desde el barco hasta una distancia de aproximadamente 500 metros.

Una de las ventajas más importantes del U-Safe es que posibilita los rescates en las condiciones más adversas, como un mar agitado o la presencia de zonas rocosas, evitando así que otro tripulante de la embarcación se ponga en peligro.

En la línea de innovación y puesta al día de las medidas de seguridad para proteger en lo posible a sus tripulantes, el Grupo Rampesca ha decidido seguir mejorando toda su flota dotando a los buques de este moderno sistema de salvamento.

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