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Bruselas pasa a la acción y pone fecha a la subida del gasóleo pesquero: será en 2023

Reunión de la OMC sobre los subsidios a la pesca, el pasado junio. | // WTO

Bruselas está decidida a poner fin al gasóleo bonificado que utiliza la flota pesquera en España. Una exención que, a juicio del Ejecutivo comunitario, supone un desincentivo hacia los objetivos de descarbonización; una medida fiscal que, para el sector, es indispensable para garantizar la continuidad de los más de 4.200 barcos gallegos, especialmente los de artes menores. El pasado 18 de agosto, como publicó FARO, el vicepresidente de la Comisión Europea Valdis Dombrovkis fue tajante al respecto. “Una de las ambiciones enunciadas en el Pacto Ecológico Europeo es poner fin a las subvenciones a los combustibles fósiles. La propuesta de la Comisión de revisión de la Directiva de Tributación de Energía prevé, entre otras cosas, la tributación del combustible utilizado para la pesca”. Y ya hay plazos y cuantías sobre la mesa. Bruselas quiere que los buques pesqueros empiecen a tributar por el gasóleo a partir de 2023, con un coste mínimo de casi 14 euros por cada 100 litros de suministro. “La propuesta pondría fin a la exención obligatoria actual de la aviación y el sector de la pesca [...] El combustible que utiliza debería ser gravado”.

Así consta en el planteamiento de directiva 2021/0213, publicado el pasado 14 de julio, y que confirma los peores temores de una industria que, según la propia Comisión –a través del organismo Scientific, Technical and Economic Committee for Fisheries (Stecf)–, es la menos rentable del continente dada su dimensión y la escasez de cuotas. El documento, de 312 páginas, no establece ningún mecanismo de compensación para la flota, a pesar de que el propio Dombrovkis admite que esta medida “dejaría a los pequeños pescadores en una peor situación”. Nueve de cada diez barcos de la flota gallega, más de 3.800, son de artes menores. El objetivo que se persigue, vía impuestos, es alcanzar para 2030 una reducción del 55% de la emisión de los gases de efecto invernadero registrados a principios de los noventa. Con los riesgos inherentes de un incremento de los repostajes en alta mar, como también asume el letón. “Una prohibición generalizada de los regímenes de reducción fiscal incentivaría el reabastecimiento en alta mar y aumentaría los riesgos para el medio marino”.

La propuesta de directiva establece varias opciones, aunque se decanta por un gravamen equivalente a 3,91 euros por gigajulio de gasóleo, idéntico al diseñado para el queroseno e inferior al del carbón (4,71 euros/GJ). La puesta en marcha de este gravamen, tal y como figura en el documento, equivaldría un coste de unos 13 euros por cada 100 litros. Un congelador medio dispone de un depósito de 300.000 litros; un gran bacaladero puede llevar a bordo hasta 800.000 litros de combustible. Es la principal partida de los gastos de explotación de una armadora. Para Bruselas, el camino pasa por readaptar la flota hacia sistemas de propulsión menos contaminantes, a pesar de que la Organización Mundial del Comercio (OCM) considera que también deben ser prohibidas las ayudas para la modernización de los barcos. “Con el fin de proporcionar un incentivo para su uso, los combustibles alternativos sostenibles y la electricidad tendría una tasa mínima de cero durante diez años”.

La OMC

De hecho, la OMC reanudó este miércoles las negociaciones para sacar adelante una propuesta que ponga fin a todo tipo de subsidios a la pesca. Y lo hará en base al borrador del pasado mes de mayo, que establece lo siguiente: “Ningún Miembro concederá ni mantendrá subvenciones a la pesca o las actividades relacionadas con la pesca que contribuyan a la sobrecapacidad o la sobrepesca”, dice textualmente el escrito, con fecha del 11 de mayo, que continúa así: “A los efectos del presente párrafo, las subvenciones que contribuyen a la sobrecapacidad o la sobrepesca incluyen [...] la compra del combustible, el hielo o los cebos”. El presidente de esta comisión, el colombiano Santiago Willis, quiere disponer de un texto cerrado y “más claro” para someterlo a votación en diciembre, en la próxima Conferencia Ministerial. La cuestión es, ¿el gasóleo bonificado que existe en la Unión Europea (y Canadá, Australia o Estados Unidos) propicia una sobreexplotación de los recursos? Para la patronal pesquera europea, Europêche, no. Es más, insiste en diferenciar entre ayudas fiscales y subsidios directos.

Las propuestas


La propuesta de Directiva de Tributación

“El combustible utilizado para la navegación por agua, incluida la pesca, también debe gravarse. Con el fin de proporcionar un incentivo para su uso, los combustibles alternativos sostenibles y la electricidad tendría una tasa mínima de cero durante diez años”


La opinión del vicepresidente de la Comisión

“Una de las ambiciones enunciadas en el Pacto Ecológico Europeo es poner fin a las subvenciones a los combustibles fósiles. La propuesta de la Comisión de revisión de la Directiva de Tributación de Energía prevé, entre otras cosas, la tributación del combustible utilizado para la pesca”


De la Organización Mundial del Comercio

“Ningún Miembro concederá ni mantendrá subvenciones a la pesca o las actividades relacionadas con la pesca que contribuyan a la sobrecapacidad o la sobrepesca [...] A los efectos del presente párrafo, las subvenciones incluyen [...] la compra del combustible, el hielo o los cebos”.

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