Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Pesca y Xunta censuran el “ataque” de Oslo a la flota gallega y urgen soluciones a la UE

Cubierta del bacaladero “Monte Meixueiro”. FdV

Las gélidas aguas que rodean Svalbard están más calientes que nunca. Las relaciones pesqueras entre la Unión Europea y Noruega, bajo cuyo dominio está el archipiélago, están en su punto más tenso ante las amenazas del Gobierno nórdico sobre la flota comunitaria que pesca en el caladero. Cuatro buques españoles –cuya base de operaciones está principalmente en Vigo– han visto como Oslo ordenaba recortar casi un 30% su cuota de bacalao de forma unilateral, dejando en el aire su actividad y poniendo a los armadores contra la espada y la pared: parar o arriesgarse a ser apresados. Los intentos de Bruselas por intentar llegar a una solución diplomática no han dado fruto por el momento y tanto la Administración española como la gallega urgen protección ante el “ataque” de Noruega a su flota.

Villauriz y Quintana defienden a los bacaladeros de Svalbard | Bruselas mantiene contactos con Noruega “al más alto nivel” | La SEAE, dirigida por Borrell, comanda las negociaciones

Los barcos que enarbolan pabellón comunitario tienen asignadas 24.645 toneladas de bacalao para capturar en Svalbard, que pese a estar bajo dominio noruego la explotación de sus recursos debe ser compartida con los firmantes del Tratado de Svalbard, rubricado en París hace más de 100 años. Sin embargo, Noruega aprovechó el Brexit para recortar este cupo de forma unilateral, dejando 17.885 toneladas para los armadores comunitarios. Con esta cantidad a punto de ser alcanzada, el objetivo de la flota es llegar a consumir el cupo que les corresponde por derecho y, como adelantó este periódico, la industria ya prepara una demanda para denunciar los movimientos de Oslo.

  • La flota bacaladera demandará a Noruega por el riesgo a una nueva “guerra del fletán”

    Los barcos se arriesgan a ser apresados al acercarse a la cuota puesta de forma unilateral por Oslo

“Estamos siguiendo el asunto con la máxima atención”

Secretaria general de Pesca española - Alicia Villauriz

decoration

La gallega asegura que la Comisión “ha intensificado sus esfuerzos para que Noruega reconsidere su imposición unilateral de cuotas” y que el propio comisario del área, Virginijus Sinkevicius, les informó que al frente de las gestiones está el Servicio Europeo de Acción Exterior, SEAE, dirigido por el español Josep Borrell como alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad.

El lituano se explicó así en respuesta a la carta remitida conjuntamente por los ministros de Alemania, Francia, Portugal y España, publicada por FARO, en la que pedían soluciones a la UE. “La SEAE está haciendo gestiones, al más alto nivel, con las autoridades noruegas para buscar una solución en el contexto de un más alto dialogo político”, comenta Villauriz.

Sinkevicius “apuesta por la vía diplomática y por rebajar al máximo las tensiones”, toda vez que el propio ministro de Pesca noruego, Odd Emil Ingebrigtsen, avisó en las comunicaciones verbales intercambiadas con Bruselas que no permitirá a la flota seguir faenando más allá de las 17.885 toneladas establecidas de forma unilateral, dejando la puerta abierta a escenarios con infausto recuerdo para Galicia como el apresamiento –abriendo fuego– del arrastrero Estai por parte de Canadá en la conocida como Guerra del fletán, en 1995.

Precisamente ese límite de cuota impuesto por el país nórdico es el que se marca como límite Pesca para que los “esfuerzos” de la UE “den su fruto”. La conselleira do Mar, Rosa Quintana, que por su parte que se necesitan acciones rápidas. “Bruselas debe actuar de forma urgente”, indicó

Quintana pide a la Comisión “una defensa firme de los intereses de la flota europea” tanto para el caso del bacalao de Svalbard como por el de la caballa, dado que este mismo país se autoadjudicó más cuota de la que le corresponde, acción seguida después por Islandia o Feroe. “Consideramos que la UE debe actuar de forma inmediata y adoptar medidas, pues esta situación puede empeorar aun más las relaciones futuras entre las partes tanto en esta como en otras especies, algo que es sumamente perjudicial para nuestra flota”, indicó la conselleira.

Desde la Xunta opinan que las decisiones de Oslo “reflejan un deterioro de las relaciones pesqueras entre ambas partes”, lo que a juicio de Quintana supone “un ataque a la gestión sostenible” de la pesquería.

 Una flota reducida que mueve un negocio de casi 20 millones

La flota bacaladera no es, ni de lejos, de las más numerosas de España o de Galicia en particular. La otrora importante industria, que en los ochenta llegó a estar constituida por 76 barcos que pescaban en parejas y una docena de bous (buques que operan en solitario), quedó reducida a cuatro grandes arrastreros debido a los cierres de caladeros y las restricciones de pesca en los que aún están abiertos: los del archipiélago de Svalbard, en el mar de Barents, y en las aguas territoriales de Noruega. Sin embargo, la importancia de estos buques es capital en Vigo y su área, generando más de 100 empleos y un negocio de casi 20 millones de euros. Según refleja la publicación especializada creada por la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI), El sector pesquero en Vigo: Evaluación de su impacto económico, los cuatro buques bacaladeros en activo (Lodairo, Egunabar, Monte Meixueiro y Arosa Nueve) tienen una media de 23 tripulantes en cada uno y generan un promedio de 4,7 millones de euros de volumen de negocio. Los 19,04 millones que suponen en total son, por ejemplo, 11,8 millones más que lo que generan los 33 cerqueros que operan en el puerto olívico (7,2) o 6,1 millones más de lo que crean los 25 arrastreros de litoral. Entre sus filas, además, se encuentra el mayor barco de la flota pesquera española. El Lodairo, de Pesquera Áncora (filial del grupo alemán DFFU), tiene 86 metros de eslora y cuenta con 4.290 toneladas de registro bruto (GT).

Compartir el artículo

stats