La obra maestra de Luis Goytisolo

Se cumplen 50 años de la publicación de “Recuento”, primera novela de “Antagonía”

Luis Goytisolo

Luis Goytisolo / Europa Press

El 30 de noviembre de 1973, hace cincuenta años, se publicó en México “Recuento”, de Luis Goytisolo (en España fue secuestrada por el Tribunal de Orden Público), una de las mejores novelas de la literatura española contemporánea, que iniciaba una tetralogía que su autor tardó 17 años en escribir y completar con “Los verdes de mayo hasta el mar”, “La cólera de Aquiles” y “Teoría del conocimiento”, todas ellas publicadas después en un solo volumen con el título de “Antagonía” (Anagrama). Las cuatro novelas trazan en lo histórico el tránsito de la dictadura franquista hacia su desaparición y en lo literario el recorrido que va de la agonía del realismo social al experimentalismo. Para Juan Goytisolo, hermano del autor, “Recuento” es el centro geométrico en el que convergen las demás novelas de la tetralogía.

Luis Goytisolo concibió el proyecto de “Antagonía” en 1960 durante su reclusión en la cárcel de Carabanchel como preso político responsable de una célula antifranquista, y contó que la escribía con una pluma Parker en la cara satinada de las hojas de papel higiénico de la prisión. En el prólogo de la edición de Anagrama el crítico Ignacio Echevarría compara esta obra de Goytisolo con “El cuarteto de Alejandría” de Lawrence Durrell y “El hombre sin atributos” de Musil. Se trata de una novela que podríamos calificar de autoficción, muchos años antes de que este término se pusiera de moda, en la que Goytisolo, en paralelo a la narración de los hechos, indaga sobre la creación literaria y aborda la crítica a la estética realista de los años 50 y 60. Con “El Jarama” de Sánchez Ferlosio, “Tiempo de silencio” de Martín-Santos o “Volverás a Región” de Juan Benet, forma parte del canon que anunciaba una nueva narrativa en la Literatura española.

“Recuento” sigue manteniendo la frescura de una narrativa que rompía los cánones de la caducada estética socialrealista

“Antagonía” es como la autobiografía de una generación, la de la inmediata posguerra. “Recuento” es la de un hombre, un novelista llamado Raúl Ferrer Gaminde (alter ego de Luis Goytisolo), que encuentra el cauce adecuado para dar rienda suelta a su vocación de escribir tras renunciar a los valores religiosos y sociales inculcados en su adolescencia y a las utopías del comunismo adquiridas en sus años universitarios. En esta obra, en la que Goytisolo refleja la situación política de España en los últimos años sesenta y los primeros setenta del siglo XX, localizada en Barcelona, el Maresme y la Costa Brava, se ponen de manifiesto las transformaciones de la sociedad española a través de la mirada de un hombre que durante su adolescencia fue testigo de la entrada de las tropas nacionales en Cataluña y que cuenta sus experiencias en un colegio religioso en el que lo importante era la asistencia a misa y a los oficios de la Pascua y de Todos los Santos y la confesión y comunión semanales. El protagonista es consciente de que la represión de la sociedad española de la posguerra invade todos los ámbitos de la vida, y a través de la memoria va describiendo sus actividades cotidianas en las fiestas del barrio, en los cines, en la experiencia del primer amor y el primer sexo… en fin, esas cosas que no se aprendían en la universidad ni en la familia.

Para Juan Goytisolo, hermano del autor, “Recuento” es el centro geométrico en el que convergen las demás novelas de la tetralogía

En la universidad adquiere su formación política y se identifica con el comunismo a través de las conversaciones con sus compañeros y camaradas sobre la revolución, que culminan con su implicación en las actividades del Partido. Es en esos años cuando toma conciencia de la existencia de una dictadura que encarcela y tortura, de una burocracia asfixiante, de una burguesía ávida de enriquecerse y ajena a los intereses de la clase obrera, de un nacionalismo “no como aspiración real sino como instrumento de negociación con Madrid, como chantaje o espantajo, mediatizando así un ideal previamente hipostasiado en beneficio exclusivo de los intereses que representaban” (p.241). Y también el posterior desencanto de su militancia en el Partido Comunista (“una organización de excitante carácter mistérico” p.470) y de unos militantes que veían “El acorazado Potemkin” con el fervor de una ceremonia religiosa. A los 50 años de su publicación, “Recuento” sigue manteniendo la frescura de una narrativa que rompía los cánones de la caducada estética socialrealista.

Un escritor para las antologías

Luis Goytisolo (1935) inició su carrera narrativa en el realismo social con obras críticas con la burguesía y solidarias con la clase obrera, como “Las afueras” (Premio Biblioteca Breve en 1958) y “Las mismas palabras” (1962). En 1956 ya había ganado el Premio Sésamo de narraciones cortas. Antes de “Antagonía” publicó “Ojos, círculos, búhos” y “Devoraciones” (en 1981 se reunieron con el título de “Fábulas” sin los dibujos de Joan Ponç. En las últimas novelas de “Antagonía” se distanció de las reivindicaciones políticas para centrarse en los valores de la literatura y la novelística. Como declaró en alguna ocasión, abandonó la prosa heroica de su militancia marxista para recuperar el sonido de su propia voz. Ya en la democracia siguió experimentando con “Estela del fuego que se aleja” y con “Investigaciones y conjeturas de Claudio Mendoza”. En “La paradoja del ave migratoria” profundiza en la estructura fragmentada de sus últimas narraciones. Tras “Estatua con palomas”, la mística erótica que ya se percibía en “Antagonía” se manifiesta más abiertamente y con más fuerza en tres de sus novelas publicadas en los últimos años del siglo XX (“Mzungo”, “Placer licuante” y “Escalera al cielo”), tres obras menores si se quiere, pero que no suponen ni por un momento síntomas de agotamiento creativo, como demostró posteriormente con “Diario de 360º” (Seix Barral, 2000), una de las mejores novelas de la literatura española de los últimos años, que ha pasado injustamente desapercibida.

Luis Goytisolo ocupa el sillón C de la Real Academia Española y está casado con la escritora Elvira Huelves. Ambos viven en un molino restaurado de la localidad de Vombodí, en Tarragona. En 2013 recibió el Premio Nacional de las Letras.

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