Blindan el banco 'predilecto' de los conductores en Vigo: ¿fin a los accidentes?

En los últimos meses se convirtió en el banco 'predilecto' de muchos conductores que circulan por Vigo. No porque sea especialmente bonito, cómodo u ofrezca unas vistas espectaculares. La verdad, es que no presume de nada de eso. De hecho, más que amor, causa desamor. Un golpe, otro golpe, una rueda reventada, una defensa descolgada, un 'llantazo'... Y así todas las semanas.

Aunque son muchos los que se extrañan que cada semana haya un accidente contra este asiento de piedra ubicado en la intersección de las calles María Auxiliadora y Ronda Don Bosco, tras la publicación en FARO DE VIGO de este repetitivo problema, el Concello parece que ha decidido tomar cartas en el asunto. Por ahora, blindándolo.

El banco, de piedra, ha aparecido estos días vallado. Concretamente uno de sus laterales, el más conflictivo y contra el que chocaban los coches. Antes, agentes de la Policía Local lo habían pintado de un llamativo color naranja, pero esta medida se desmostró insuficiente.

Vecinos, comerciantes o clientes habituales de los negocios de la Ronda Don Bosco de Vigo han visto como la calle ha ido perdiendo mes a mes los alargados bolardos que se instalaron en esta zona tras su completa humanización. La 'limpieza' y el problema es tan constante que ya ni siquiera se reponen. Quedan varios en pie, pero cerca ya de su extinción.

El mayor problema ahora (aunque no es nuevo) está en la curva de María Auxiliadora hacia Don Bosco. "Todas las semanas hay algún accidente", confiesan desde uno de los negocios ubicados frente por frente.

¿Qué ocurre en la curva?

Los accidentes se repiten y son iguales. La diferencia está en la magnitud del choque. Los hay leves con simple rascazos; pero también bruscos y que hacen saltar los airbags con el consiguiente susto para los conductores. Ninguno de ellos, por supuesto, con víctimas. Todo es chapa y pintura de mayor o menor magnitud.

Un banco ¿invisible?

El obstáculo conflictivo es el banco de piedra ubicado justo en la curva, ahora vallado. Los conductores suben por María Auxiliadora, frenan para ceder el paso a los vehículos que bajan por Don Bosco y, al arrancar y girar a la izquierda golpean contra el asiento de granito. Probablemente por despiste o —según apuntan algunos testigos— porque desde coches elevados el banco es más difícil de ver al ser un cruce en subida.