Farmacia del Chuvi crea su propio grupo de investigación para liderar proyectos

Busca potenciar sus estudios en áreas como seguridad y soporte nutricional

Avanzará en el uso de IA para predecir efectos adversos y en la contaminación por fármacos desechados

Equipo humano del nuevo Grupo de Innovación en Farmacia Clínica. |

Equipo humano del nuevo Grupo de Innovación en Farmacia Clínica. | / a. Blasco

Son un grupo amplio, “muy inquieto” científicamente y con una larga trayectoria investigadora a sus espaldas, pero siempre integrados en equipos liderados por otras especialidades. El Servicio de Farmacia del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi) ha decidido crear su propio grupo dentro del Instituto de Investigación Sanitaria Galicia Sur (IISGS): I-Farma Vigo. Aúnan así el esfuerzo y experiencia de sus especialistas para potenciar las líneas de estudio en las que ya llevan años trabajando con el objetivo de liderar sus propios proyectos y ofrecer su colaboración experta.

Este Grupo de Innovación en Farmacia Clínica está coordinado por la jefa de servicio de Farmacia del Chuvi, Noemí Martínez López de Castro, y la farmacéutica Natividad Rivero Lago. Lo integran 18 profesionales –un técnico de calidad e innovación, un biólogo y farmacéuticos especializados en hospitalaria– y diez de ellos están doctorados. Ya hay ámbitos en los que son “muy fuertes” y quieren potenciarlos con este grupo. Además, otros centros ya se están interesando por su experiencia previa en varios campos y también quieren reforzar esta vía. En la actualidad ya están colaborando con diferentes departamentos de la Universidad de Vigo, con varios grupos del IISGS y con hospitales como el Vall d’Hebron, el Clínico de Santiago y los de Donostia y Valladolid.

Han fijado cuatro líneas de investigación prioritarias en las que ya tienen experiencia previa con tesis, artículos o colaboraciones. Son seguridad farmacoterapéutica y resultados en salud, transformación digital, calidad y sostenibilidad y soporte nutricional.

Nutriciones intravenosas

Este último campo de investigación es el que tienen más desarrollado. Ya tienen cinco proyectos en marcha. En el que están trabajando de una forma “más intensa” es en el que aborda la estabilidad en las nutriciones intravenosas –parenteral– que elaboran para aquellos pacientes a los que no les funciona el tracto digestivo. Es un estudio muy amplio que avanza en la seguridad de los pacientes que precisan de estas fórmulas magistrales personalizadas. Lo están desarrollando con el departamento de Física Aplicada de la UVigo, con el Centro de Apoio Científico e Tecnolóxico á Investigación (Cacti), el Servizo de Apoio á Investigación (SAI) de A Coruña y del Centro de Investigación en Matemáticas (Cimat).

Además de ser objeto de una tesis, ha permitido obtener financiación para contratar a una persona para un proyecto en el marco del IISGS. Sus resultados han permitido actualizar una guía clínica a nivel nacional sobre nutrición parenteral. También ha cristalizado en tres publicaciones científicas y hay otras actualmente en revisión.

Criterios de desnutrición

Otro de los proyectos de esta línea de investigación es la evaluación los criterios GLIM –Global Leadership Initiative on Malnutrition–. Hace algunos años, las principales sociedades del ámbito de la nutrición –la americana, la europea, la asiática y otras más locales– consensuaron unos nuevos parámetros para diagnosticar la desnutrición. Esta investigación los compara su eficacia con la de los métodos tradicionales en población mayor. Para ello, reclutaron una muestra de 150 usuarios de residencias de la tercera edad. Los resultados aún no están publicados pero son “prometedores”.

Las doctoras explican que también con los objetivos secundarios de este estudio “han superado las expectativas” al analizar también cuál es la mejor fórmula para pesar, tallar y medir la masa muscular en un colectivo que plantea dificultades en este sentido.

Disfagia

Otro de los proyectos gira en torno a la dificultad para tragar o disfagia, una afección muy prevalente de la que, además, un gran porcentaje de afectados no están diagnosticados o no reciben el tratamiento correcto. Y no solo pueden desarrollar desnutrición por este problema, sino que les puede impedir tomar la medicación. Para solventarlo, hay que buscar alternativas de administración. También hay ciertos fármacos que pueden contribuir a la disfagia y que habría que revisar en ciertos pacientes para reemplazarla o bajar la dosis.

Otro de los ámbitos en los que trabajan es en probar en pacientes algo que ya han estudiado in vitro en colaboración con Física Aplicada de la UVigo: el uso del calorímetro para estudiar el comportamiento térmico de las bacterias. Esta colaboración ya ha cristalizado en dos proyectos, cuatro tesis y una patente.

En un futuro

Hay dos campos de investigación que I-Farma tiene en su punto de mira. El primero es el uso de la Inteligencia Artificial para predecir efectos adversos de medicamentos en pacientes. Ya han comenzado con personas que reciben inmunoterapia. El otro es la repercusión que los fármacos desechados tienen en el medio ambiente. Trabajará con el instituto oceanográfico y esperan que sirva también para la concienciación de la sociedad.

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