Vigo, puerta del mundo

“Vigo emerge con una fuerza extraordinaria, es imparable”

“Vigo, puerta del mundo” es un trabajo imprescindible que compendia el significado de Vigo en cada una de sus etapas

Carla Mañas, Antonio Giráldez, Abel Caballero, Mónica Valderrama y Rafael López, en el MARCO.

Carla Mañas, Antonio Giráldez, Abel Caballero, Mónica Valderrama y Rafael López, en el MARCO. / Javier Teniente

M. González

M. González

“Vigo está viviendo un momento apasionante, esta ciudad, de repente, emergió con una fuerza extraordinaria en los últimos 15 años y es imparable. Y eso enlaza con Ceferino de Blas, una persona que llega en el año 86 a la ciudad y que entiende rápidamente, de forma maravillosa cómo es esta ciudad”. Son palabras con las que el alcalde Abel Caballero inició su intervención ayer en el museo MARCO, en la charla-coloquio “Vigo, puerta del mundo”, cuyo eje central giraba sobre el libro póstumo del exdirector de FARO DE VIGO y cronista de la ciudad.

Dicho acto, moderado por la periodista Carla Mañas, contó también con la participación de la vicerrectora de Comunicación de la Universidade de Vigo, Mónica Valderrama; el historiador y fundador del Instituto de Estudios Vigueses, Antonio Giráldez, y el periodista e investigador Rafael López Torre.

“Contar la historia de una ciudad como Vigo no es un reto fácil, pero una persona como Ceferino acabó haciéndolo fácil a base, entre otras muchas cosas, de pasar muchas páginas de FARO, con el añadido de su deseo irrefrenable de encontrar las entrañas de cualquier tema, por dificultoso que fuera”, subrayó el historiador Rafa López.

“En el Instituto de Estudios Vigueses, del que formo parte, echamos de menos especialmente la voz amable, conciliadora y siempre animosa de Ceferino”, apunta Antonio Giráldez, que llegó a colaborar con él en diferentes ocasiones, como, por ejemplo, en la colección “200 años de VIGO. 1810-2010, metamorfosis de una ciudad”. “Fueron muchas las conversaciones que tuve con Ceferino en las que celebrábamos especialmente algunas de esas visitas que miraban con una visión elogiosa a nuestra ciudad, porque veían en ella a una ciudad que crecía”, añadió.

“Ceferino llegó a Vigo para rescatar un periódico, el FARO DE VIGO”, afirma el alcalde. “Prensa Ibérica toma la decisión de adquirir FARO y eso significó su salvación. Ceferino entró en el periódico en un momento clave y en su primer haber está haber entendido tan bien lo que era Vigo”, subrayó.

Y es que según Abel Caballero, a Vigo hay que entenderlo “como la cobertura de diferentes capas del Vigo que los historiadores nos contáis. Ese Vigo que tiene tanta pertenencia a su historia y de la que nos queda mucho por ver todavía”. Y lanzó ese reto: “No puede haber una villa romana como la que hay en Toralla sin un asentamiento romano potentísimo, no puede ser un hecho aislado”.

“El núcleo de esta ciudad, históricamente, es que aquí cabe la Armada del siglo XVIII de Inglaterra. Y ésa es nuestra gran ventana, pero también es nuestro riesgo, porque gran parte de esta ciudad es la defensa: la ría es navegable y se puede invadir con facilidad; pero, al mismo tiempo, en la modernidad se convierte en nuestra vía al mundo”, destacó.

A Vigo también hay que comprenderlo “con los envoltorios que los historiadores nos van contando”, añadió Caballero. “Y todo arranca del mar, con la conserva y la salazón, a raíz de la cual empieza a aparecer una industria que hay que abastecer, que necesita mano de obra, y necesitamos la capacidad y los mercados... Y ahí empiezan a aparecer los grandes gritos de Vigo: la necesidad de comunicarnos con la meseta. No queríamos ser un lugar aislado”.

Público asistente a la charla de ayer

Público asistente a la charla de ayer / Javier Teniente

Y empezaron las reclamaciones en cuanto a las vías terrestres, el ferrocarril... “Ahí empiezan a aparecer las grandes acciones. Con el Puerto y FARO envolviendo van apareciendo también la Escuela de Artes y Oficios, o industrias ulteriores que dan lugar, por ejemplo, al naval”. “La ciudad ya tiene una dinámica económica imparable, y se genera una Caja de Ahorros para darle cobertura”, rememora Caballero. Después llega Citröen “y se empieza a fraguar esta forma de Vigo, que es una ciudad distinta, que también entendió Ceferino, porque no somos una ciudad al uso, vamos naciendo de todos estos envoltorios que se van fijando, seguramente, desde el asentamiento romano de hace 2.000 años”.

“Aparece también Zona Franca, y se convierte en un gran tirón”, subraya, al tiempo que menciona también a “la Universidad de Vigo, que nos hizo dar un salto de gigante”, y hasta al “Celta de Vigo, que conforma una forma de entender el deporte y lanzar la ciudad a tantos espacios”.

El núcleo de esta ciudad, históricamente, es que aquí cabe la Armada del siglo XVIII de Inglaterra. Y ésa es nuestra gran ventana, pero también es nuestro riesgo, porque gran parte de esta ciudad es la defensa: la ría es navegable y se puede invadir con facilidad; pero, al mismo tiempo, en la modernidad se convierte en nuestra vía al mundo

Y, después, está “FARO”. “Es el gran bastión de esta ciudad, es nuestro mascarón de proa y es el que es capaz de ir abriendo la senda. Ceferino entendió enseguida que nuestra fuerza no era competir internamente, sino ir dándole coberturas de acero al Vigo que iba creciendo”. Para añadir: “Empezamos a sentir algo muy importante: el orgullo de ser de Vigo. En esta ciudad tenemos que sentir la importancia que tenemos, ponerlo en valor y hacerlo transcendente”.

Por eso, la portada de “Vigo, puerta del mundo” tiene tanto significado. “Ese barco de papel que navega por la Ría de Vigo es imposible de hundir”.

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“Cuando Juan Carlos Da Silva –subdirector general de Prensa Ibérica en Galicia– me explicó el trabajo póstumo que había dejado Ceferino y me pidió que ultimase su realización no pude decirle que no ni por Ceferino ni por él”, subraya Rafael López, que conoció a Ceferino “en la Escuela Oficial de Periodismo”: “Cuando vino a Vigo para hacerse cargo de la dirección del FARO, supo que yo estaba en Pontevedra y enseguida me llamó. Me contó que los primeros días tras su llegada había decidido una habitación en el Parador de Pontevedra para distanciarse de Vigo antes de meterse de lleno en la tarea de la dirección. Era la primera vez que dirigía un periódico y tenía un cierto reparo en sumergirse en semejante reto”. Desde ese momento ya no volvieron a perder la relación. “Los dos éramos dos ratas de biblioteca, él en la intrahistoria de Vigo y yo en la de Pontevedra, con lo que es fácil suponer que congeniamos más todavía, nos intercambiábamos correos para resolver dudas, personajes que conocíamos, etc.. Y por ese motivo no pude negarme a sumergirme, a su vez, en el trabajo póstumo que hizo”, reconoce. “Destripé el libro, lo leí una y mil veces, siempre intentando ser fiel a Ceferino”, afirma. “Hay dos razones fundamentales que llaman mucho la atención sobre la venida de personajes históricos a Vigo”, expone: “Conocer las Islas Cíes y presenciar la procesión del Cristo de la Victoria”. Y, aunque el libro habla sobre Julio César también se hace mención a Rey de León Alfonso IX, a John Milton, Ambrosio de Morales o Francisco de Paula que visitan las Cíes antes del s. XIX. “Imagínense el tirón tan grande que tuvieron después y que siguen teniendo a día de hoy”, reflexiona.

Afirmaba Julio Picatoste, magistrado jubilado e íntimo amigo de Ceferino de Blas, en la presentación del libro póstumo del exdirector de FARO DE VIGO y cronista de la ciudad, que “nadie muere del todo mientras haya alguien que evoque su recuerdo”. Y por eso, tanto Ceferino de Blas como la historia de la ciudad son imperecederos, porque su recuerdo permanecerá para siempre gracias a “Vigo, puerta del mundo”. Se trata, además, de una muestra de su amor infinito por una ciudad que lo acogió con los brazos abiertos a mediados de los años 80, y donde empezó a fraguar su carrera ya no solo profesional, sino también literaria, que se prolongó más allá de su jubilación en 2008. Su prolífica obra incluye una docena de libros, entre los que destacan “Cunqueiro y Faro de Vigo”, “Rosalía de Castro y Faro de Vigo”, “Fernández del Riego. El guerrero del galleguismo”, “Emilia Pardo Bazán en el país de las rías o “Vigo y la Navidad”. En “Vigo, puerta del mundo”, el autor confecciona una galería de nombres que constituyen la historia de la urbe olívica. Nombres tan ilustres como Juio César, John Milton, Julio Verne, el Kaiser Guillermo II, el Barón de Rothschild, Edwar Wallace, Victoria Malinowska, Albert Einstein, Ernest Hermingway, Ruth Matilda Anderson, Picasso, Sorolla, Mata Hari, Búfafllo Bill, Marajá de Kapurtala, Leon Troski, Juan Domingo Perón, Evita Perón, Stefan Zweig, Pablo Neruda, El Aga Khan o Stephen Hawking dejaron su impronta en la ciudad y su huella es recogida por Ceferino de Blas en una obra que posteriormente cobró vida en una exposición, con el mismo nombre, en la calle Príncipe, organizada por FARO, con la colaboración del Concello, y dentro de los actos de celebración del 170 aniversario del decano de la prensa nacional. Desde el Instituto de Estudios Vigueses destacan esta obra como el primer libro que permite conocer, en su conjunto, a las figuras ilustres que cobijó Vigo, destacando la importancia histórica de este libro que compendia el significado de la ciudad en cada una de las etapas que recoge. Una obra imprescindible para cualquier amante de la cultura, de la historia y de la cuidad.

“Muestra la visión de un Vigo cosmopolita”

Antonio Giráldez - Historiador y miembro fundador del Instituto de Estudios Vigueses

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“Cuando Julio Verne llegó a Vigo, llevaba a bordo de su nave a un diputado francés, Raoul Duval, que hizo un elogio de la ciudad extenso que llegó por carta a los periódicos franceses”, dice Antonio Giráldez. “Hablamos de 1878, y Vigo ya estaba comunicada gracias al cable inglés con Cornualles”, subraya. “Las comunicaciones cablegráficas hacían que la información que llegaba, por ejemplo desde América, llegase primero a Vigo”, destaca. “Vía Vigo, la información llegaba, como un cordón umbilical, al mundo”.

“El acompañante de Julio Verne vio un cordón verde con terrazas, con casitas, a cada cual más bella, y se dio cuenta de que era una ciudad dual, con un casco viejo con fuerte raigambre, pero, al mismo tiempo, una avenida nueva como las que trazada Haussmann en Europa”, prosigue. “Es el momento en el que se han comenzado a derribar las murallas de Vigo, lo que ha permitido que Vigo se estirase hacia el Este, es la visión de un Vigo cosmopolita, que está creciendo, donde la burguesía va a querer esculpir sus sueños de grandeza a través de arquitectos de postín (Pacewicz, Genaro de la Fuente...)”. “Es la visión más hermosa y cosmopolita de Vigo y salta a la vista de cualquier visitante y eso Ceferino lo recoge en el libro”.

Giráldez apunta que “Vigo es la segunda ciudad de Galicia que tiene más restos romanos”. Y eso, “no es casualidad”: “Estamos implicados en las rutas comerciales más importantes de la antigüedad. Estábamos a cuatro jornadas de navegación de Cádiz y a cuatro jornadas de navegación de Cardiff, en la perfecta encrucijada de rutas entre el Mediterráneo y el Atlántico norte”. También habló de aquellas visitas que “al final, acabaron siendo vigueses de corazón”.

“Tenemos una deuda con la sociedad”

Mónica Valderrama - Vicerrectora de la Universidad de Vigo

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“Tenemos campus en Ourense y Pontevedra también, pero el nombre es Universidade de Vigo y es la muestra de que hay una apuesta y un motor evidente”, destaca Mónica Valderrama, que apunta que este año “por vez primera este año hemos pasado a la Universidad de Santiago en el Ranking de Shanghái, estamos entre las 600 primeras, lo que demuestra que hay una apuesta muy importante por la captación de talento y también por la colaboración público-privada”.

“La Universidad de Vigo ya tiene una andadura y, en ese relato que teje Ceferino de personalidades, su integrantes forman parte de su historia a través de la investigación, de la transferencia, pero sobre todo, trabajando en comunicar lo que se hace”, prosigue. “Un problema muy grande que tiene la universidad es que hace comunicación de nicho, y es muy importante que lo que se hace llegue a la ciudadanía, para que la gente esté orgullosa de lo que hace”. “La universidad tiene una deuda muy grande con la ciudadanía, porque es una entidad pública. Además de saber lo que se hace en ella, deben ser también partícipes”.

Valderrama apunta que “las ingenierías siempre han sido un buque insignia” de la Universidad de Vigo. “En la actualidad, hay 23 ingenierías que se ofertan, las últimas, la ingeniería biomédica, la aeroespacial, también inteligencia artificial y, si todo va bien, sabremos en junio sabremos si arrancamos con la ingeniería dual de automoción”. Y hace mención también al “relevo generacional” y pone el foco en “las nuevas generaciones” y en la necesidad de “captar vocaciones”.

“Destripé el libro, lo leí una y otra vez”

Rafael López Torre - Periodista, investigador y colaborador de Faro

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“Cuando Juan Carlos Da Silva -subdirector general de Prensa Ibérica en Galicia- me explicó el trabajo póstumo que había dejado Ceferino y me pidió que ultimase su realización no pude decirle que no ni por Ceferino ni por él”, subraya Rafael López, que conoció a Ceferino “en la Escuela Oficial de Periodismo”: “Cuando vino a Vigo para hacerse cargo de la dirección del FARO, supo que yo estaba en Pontevedra y enseguida me llamó. Me contó que los primeros días tras su llegada había alquilado una habitación en el Parador de Pontevedra para distanciarse de Vigo antes de meterse de lleno en la tarea de la dirección. Era la primera vez que dirigía un periódico y tenía un cierto reparo en sumergirse en semejante reto”.

Desde ese momento ya no volvieron a perder la relación. “Los dos éramos dos ratas de biblioteca, él en la intrahistoria de Vigo y yo en la de Pontevedra, con lo que es fácil suponer que congeniamos más todavía, nos intercambiábamos correos para resolver dudas, personajes que conocíamos, etc.. Y por ese motivo no pude negarme a sumergirme, a su vez, en el trabajo póstumo que hizo”, reconoce. 

“Destripé el libro, lo leí una y mil veces, siempre intentando ser fiel a Ceferino”, afirma. “Hay dos razones fundamentales que llaman mucho la atención sobre la venida de personajes históricos a Vigo”, expone: “Conocer las Islas Cíes y presenciar la procesión del Cristo de la Victoria”. Y, aunque el libro habla sobre Julio César también se hace mención a Rey de Léon Alfonso IX, a John Milton, Ambrosio de Morales o Francisco de Paula que visitan las Cíes antes del s. XIX. “Imagínense el tirón tan grande que tuvieron después y que siguen teniendo a día de hoy”, reflexiona.