Todos los pisos de una sola habitación disponibles en alquiler superan los 500 euros

Vigo cuenta con una oferta de unos ochenta apartamentos con un solo dormitorio, la mayoría de apenas 50 metros cuadrados

Muchos caseros reclaman dos meses de fianza

Dos jóvenes consultan la oferta de una inmobiliaria en Vigo.

Dos jóvenes consultan la oferta de una inmobiliaria en Vigo. / Marta G. Brea

La oferta de pisos de alquiler se encuentra en Vigo en uno de los momentos más bajos de su historia. A eso se le suma además que los precios están completamente desbocados, provocando que la vivienda sea inaccesible para buena parte de la población. Algo preocupante pasa precisamente con los apartamentos que cuentan con una única habitación independiente del resto de la casa (cocina, baño, salón...), que no los estudios (aquellos en los que no existe ninguna división entre dependencias interiores). Este tipo de pisos de un único dormitorio son históricamente los más demandados por personas que acaban de entrar en el mercado laboral y buscan independizarse o simplemente de aquellos que quieren vivir solos. Y también parejas. Ahora mismo en Vigo hay poco más de ochenta viviendas de estas características. Y ya no es únicamente que sean escasas, sino que para muchos se han convertido en imposibles de pagar: todas ellas superan los quinientos euros al mes.

Hay que tener en cuenta además que la gran mayoría de estos apartamentos tienen una superficie muy escasa, de entre cuarenta o sesenta metros cuadrados. Y pese a todo se ofrecen por esos precios. Un ejemplo de ello es un piso ubicado en el entorno de Fátima que está disponible para alquilar por 625 euros al mes: tiene una habitación, 51 metros cuadrados y está sin amueblar. Y, además, no tiene plaza de garaje.

Otro ejemplo: en la carretera de Clara Campoamor ofrece un piso de 50 m2 de un único dormitorio, con salón-cocina, por 670 euros mensuales.

Por si eso no fuera suficiente, muchos de los apartamentos de una habitación se ofrecen con un mobiliario antiguo y en algunos casos, tal y como han denunciado inquilinos en repetidas ocasiones, en un estado bastante “deplorable”.

El problema no es únicamente el precio mensual que hay que abonar en concepto de alquiler. Muchos caseros están pidiendo ya dos meses de fianza a los inquilinos interesados en la vivienda. Así, en el caso de querer entrar a vivir, por ejemplo, en el mencionado apartamento ubicado en Fátima, el desembolso inicial serían 1.875 euros, sumando los dos meses de fianza junto al primero de alquiler que reclama el propietario. Es decir, o se tiene un buen colchón económico o para muchas personas, e incluso parejas, es inviable poder hacer un adelanto de ese tipo si no es con ayuda de sus familias.

Y es que ya no es que ninguno baje de los quinientos euros mensuales, es que lo más habitual es que superen los setecientos, algo impensable para apartamentos de estas características hace una década, antes de que el mercado del alquiler empezase a implosionar hasta vivir la situación actual, que se está agravando en los últimos meses por la alarmante reducción de la oferta y el consiguiente repunte en los precios. Muchos propietarios están apostando por pasar sus pisos del alquiler convencional al mercado turístico para sacar un mayor beneficio económico.

La renta que hay que pagar por las viviendas sigue al alza pese a que la gran mayoría tienen ya entre veinte y 49 años, y hay más de 35.000 hogares de más de medio siglo de antigüedad. En este sentido, la respuesta es evidente. El ladrillo se ha recuperado en los últimos años con una creciente construcción de vivienda nueva pero la mayoría de los hogares de Vigo se han construido en el siglo pasado, cuando el sector vivió un auténtico bum que acabaría desembocando en la explosión de la burbuja inmobiliaria de 2008 y que derivó en la brutal crisis económica de los siguientes años.

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