La defensa de la trabajadora social acusada de abusos dice que la menor fue coaccionada

Presentó nueve manuscritos en los que la víctima dice que la “presionaron”

VIGO (CIUDAD DE LA JUSTICIA). JUICIO A UNA TRABAJADORA SOCIAL ACUSADA DE ABUSOS A UNA MENOR DEL CENTRO EN EL QUE TRABAJABA.

VIGO (CIUDAD DE LA JUSTICIA). JUICIO A UNA TRABAJADORA SOCIAL ACUSADA DE ABUSOS A UNA MENOR DEL CENTRO EN EL QUE TRABAJABA. / Marta G. Brea

La Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo, acogió ayer la primera de las sesiones del juicio contra la trabajadora social acusada de abusos a una menor de 13 años con la que, supuestamente, mantenía una relación. La Fiscalía y acusaciones solicitan para la ex empleada del centro una pena de once años de prisión. La acusada defendió su inocencia ante la Sala, no así ante el resto del público ya que las partes solicitaron la celebración de la vista a puerta cerrada, extremo que fue aceptado por los magistrados.

"Acusación falsa"

Al término de la vista, el abogado defensor de la mujer confirmó que su defendida negó los abusos y que el procedimiento no se trata más que de una “acusación falsa”.

Para refrendar sus palabras, el letrado aseguró haber presentado, dentro de las cuestiones previas a la vista, nueve manuscritos “de la víctima” y en los que dice “que la presionaron para acusar a mi defendida”. “En las cartas dice “me lo inventé todo”. La niña tenía miedo a ser castigada y a que la separaran de su hermano que es todo su mundo y por eso dijo otra cosa”, aseguró el abogado defensor a la salida de la vista.

Una venganza del centro

Reiteró también que los únicos abusos que se cometieron en este procedimiento no tienen a la acusada como causante, sino a la familia de la menor. “Hemos citado a declarar a otra joven, ahora ya mayor de edad, que contará como el trato de mi defendida siempre fue correcta”, asegura. En su posición, sopesa que todo se trata de una venganza hacia su clienta tras su despido. “Ella contó las situaciones que ahí se daban pero ella no hizo nada. Qué sentido tendría que si el centro conociese conductas inapropiadas de mi defendida, en su despido, le remitiesen una carta de recomendación”, valoró el letrado.