Entrevista | José Gomes Mendes Exsecretario de Estado de Transportes y Sostenibilidad de Portugal

Exsecretario de Estado de Transportes: “La relación de Viana y Braga con Vigo es más intensa que la de Oporto”

El gestor de la liberalización del bus en Portugal avala el impulso a la Alta Velocidad a Galicia: “Es fundamental y prioritaria”

José Gomes Mendes, este lunes en Madrid

José Gomes Mendes, este lunes en Madrid / Jesus Umbria

Víctor P. Currás

Víctor P. Currás

Con la misión de trasladar a su país lo que ya funcionaba en Europa, el ingeniero José Gomes Mendes (Braga, 1962) fue el encargado de liberalizar el sistema concesional de autobuses durante su etapa como secretario de Estado de Sostenibilidad y Transportes (2015-20) en el gobierno de Antonio Costa. Catedrático de la Universidade do Miho y ya retirado de la vida política tras ser diputado, su pasado como futbolista y atleta también le ha llevado a presidir la Asamblea General de la Liga Portuguesa de fútbol.

–Aunque en Portugal se toma el modelo ferroviario español como ejemplo, aquí se expone el suyo del autobús. ¿Cómo lo interpreta?

–Son momentos diferentes de las políticas y dependen mucho de las personas. En Portugal el tren está menos desarrollado por errores del pasado. Es casi incomprensible que no haya Alta Velocidad entre Lisboa y Madrid, pero parece que ya hay una estrategia y que va a ser finalmente corregida. En 2016 teníamos una situación similar a la de hoy en España, con un mercado bloqueado. El transporte era muy caro y tenía poca calidad. Entendí que era necesario desbloquearlo rápidamente sin nuevos concursos complejos, que debía ser liberalizado con competencia en mercado.

–¿Qué requisitos proponían?

–Los operadores deben tener licencia europea y los vehículos no pueden tener más de 12 años. Pero aprovechamos para introducir lo verdaderamente diferencial que es la revolución digital: comprar con antelación, ver diferentes precios y horarios, maximizar el acceso de las personas al transporte. Los resultados son positivos, en términos de precio obvios pero también en calidad del servicio. Entendemos que es un buen ejemplo para el resto de Europa.

–¿Era cuestión de voluntad?

–El sistema político es demasiado pesado y no está diseñado para reformas, ocurre en todos los países. Y está la presión de las concesionarias.

–¿Ayudaba no ser un político al uso que deba ser reelegido?

–Sí, pero yo estaba cómodo porque las reformas que quería hacer eran populares, no lo eran para las empresas. Los llamé y expliqué que eso tenía que cambiar. Si creo que esto va a mejorar la vida de las persona tengo que hacerlo.

–En Portugal se califica al tren de Alta Velocidad como “un trauma”. ¿Lo es? ¿Qué ha fallado?

–Lo es, y es casi incomprensible. El eje entre Lisboa y Oporto no es muy largo y se entendió que mejorar su velocidad era suficiente, pero el país cambió mucho. Oporto se volvió mucho más relevante y el resto de las ciudades ganaron peso. Portugal es muy centralista y tenemos que ir a Lisboa siempre y la gente empezó a demandar la Alta Velocidad. Hoy el pensamiento es que la Alta Velocidad, sobre todo la Oporto-Vigo, es absolutamente fundamental y soy de los que defiende que debe tener prioridad porque es nuestra frontera más dinámica. Debe ser hecho cuanto antes y dejar de tener miedo de España.

–Portugal ha iniciado los estudios de la línea Oporto-Soure para tenerla esta década. ¿Es creíble?

–Hay voluntad y capacidad, pero dependerá de los concursos para las obras porque si tienen litigios se pueden atrasar. Pienso que las empresas españolas se están organizando juntas y es lo más inteligente. En dos años podríamos tener el inicio de obras y en 2028 el primer trozo en servicio.

–Siempre hablamos de las sinergias entre Vigo y Oporto pero olvidamos a la región del Minho y Braga. ¿Hay potencial de viajeros?

–La relación es muy fuerte. Hay polígonos industriales en el lado portugués en los que la mayor parte son empresas españolas. En Vigo, Stellantis tiene muchos productores de componentes aquí, esa relación existe. Sumar Viana do Castelo y Braga, en términos de intensidad de las relaciones con Vigo, son más intensas que las de Oporto. En términos de economía, desde el “Quadrilátero” de Guimarães, Braga, Famalicão y Barcelos es muy intensa. Hay mucha gente que vive en un lado y trabaja en otro o que tienen casa en ambos.

–Será una línea nueva. ¿Cómo se integrará el tren en Braga?

–El proyecto actual ya tiene el estudio de impacto y dice que será fuera de la ciudad, pero no muy lejos. Será una nueva estación a dos o tres kilómetros de la actual, y es lo más fácil. Hay un problema de orografía que obligaría a un túnel que no es necesario y se podría conectar con lanzaderas de bus al centro.

–El turismo luso en la ciudad está batiendo récord. ¿Está de moda?

–Están de moda Vigo y Santiago, atraen mucha gente y es impresionante. Van a Santiago con el Camino, pasan por Vigo, pero Galicia es muy, muy atractiva por parte de Portugal. Siempre sucedió en el norte o hasta Oporto y hoy esto llega hasta Lisboa.

“El tren es el centro del Mundial 2030”

- El presidente de la candidatura ibérica al Mundial 2030 lo fue de Infraestruturas de Portugal. ¿Están relacionadas ambas facetas?

–Una competición como el Mundial es sobre todo una operación logística. En el pasado fueron los estadios, ahora es de transportar a las personas. Tenemos un medio fuerte, descarbonizado, seguro, con frecuencia y capacidad. Son el centro de todo.

–¿Es optimista con el Mundial?

–Soy optimista porque somos dos grandes países del fútbol, creo que sumar a Marruecos es inteligente. Puede ser un momento de comunión en la historia después de tantos siglos que debería ser prolongado a otras áreas como hacen en el Benelux. Deberíamos dar un salto y creo que un Mundial de fútbol puede ayudar a abrir esa puerta, no veo el motivo para que no lo haga.

El Celta es el único equipo del noroeste de La Liga. ¿Lo ficharía?

–¿Una Liga Ibérica tal vez? (ríe). Tenemos que ser inclusivos, nosotros tenemos identidad propia y sé que en España hay también la gallega. No estoy defendiendo que Balaídos pase a ser uno de los estadios del campeonato portugués, pero si hubiese una liga mayor, no veo problema. Creo que quizás es un camino en el que ganarían todos. Hay equipos y talento portugués que se valoran en España y viceversa. Cuando me preguntan “qué podríamos hacer juntos”, mi respuesta siempre es sí, hagámoslo.

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