La UVigo crea una guía didáctica “on line” para que los jóvenes detecten los bulos

Un proyecto financiado por el Ministerio de Ciencia sobre los “fact-checkers” continuará con acciones de alfabetización en institutos sobre las herramientas contra la desinformación

Uno de los vídeos didácticos elaborados dentro del proyecto de la UVigo.

Uno de los vídeos didácticos elaborados dentro del proyecto de la UVigo. / s. penelas

Sandra Penelas

Sandra Penelas

La desinformación es una amenaza en auge y formar a los adultos de ahora y del futuro es clave para que puedan combatirla. Investigadores de la UVigo han creado una guía didáctica “on line” y vídeos divulgativos para ayudar a los estudiantes de Secundaria y Bachillerato a detectar bulos y explicarles qué herramientas pueden utilizar para detectarlos. Estos contenidos se enmarcan en un proyecto nacional sobre redes, temas y formatos de los fact-checkers iberoamericanos desarrollado durante los últimos tres años y, a partir de septiembre, se difundirán en centros educativos.

“A alfabetización sobre a desinformación era un dos obxectivos do noso proxecto porque nos parece algo fundamental. Os rapaces que hoxe teñen 16 ou 17 anos son os adultos do futuro e hoxe están igualmente expostos. Pensamos que estes recursos poden ser de utilidade porque realmente é un tema que debería incluirse nos currículos oficiais, nalgunha das materias”, subraya Mabel Míguez, investigadora del grupo Sepcom (Investigación en comunicación para el servicio público) y coordinadora de esta iniciativa junto con Alberto Dafonte.

El proyecto, financiado por la Agencia Estatal de Investigación del Ministerio de Ciencia, finalizó oficialmente el 31 de julio con 12 artículos en revistas científicas, 22 comunicaciones en congresos y la inminente publicación de un libro con los principales resultados y en el que también colaboran profesores de otras universidades que trabajan en esta temática.

Vídeo divulgativo para concienciar a los más jovenes sobre la desinformación.

Vídeo divulgativo para concienciar a los más jovenes sobre la desinformación.

Además de los miembros del grupo Sepcom, también han participado las investigadoras Silvia Sierra (UVigo) y Teresa Piñeiro (UDC), así como dos expertos de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

A lo largo del proyecto, fueron analizados casi una veintena de fact-chekers o verificadores de información de España, Portugal e Iberoamérica incluidos en la Fatc-Checking Network (IFCN). “Só estudamos os que forman parte desta rede porque ten un código de principios e asesores externos que verifican anualmente que se cumpren os requisitos para continuar na lista. Son os que teñen garantías de imparcialidade”, explica Míguez.

La mayoría de ellos nacieron vinculados a cuestiones políticas, algunos de ellos específicamente relacionados con procesos electorales. Y su actividad se incrementó en gran medida a raíz de la pandemia: “Coa chegada da COVID tiveron que empezar a prestar moitísima atención tamén ao tema da saúde. E, como consecuencia, incrementaron moito o seu ritmo de publicacións nas redes sociais e acabaron perpetuándose”.

"Comunidades cada vez más amplias y consolidadas"

Hoy iniciativas como Maldito Bulo, Newtral o Verificat, en el caso de nuestro país, ya están afianzadas y la mayor parte de su contenido está relacionado con el ámbito político. “Teñen comunidades cada vez máis amplas e consolidadas. E a súa actividade incrementouse tanto en Facebook como en Twitter, tamén están máis presentes en Instagram e agora estanse introducindo en TikTok para intentar chegar a novos públicos”, destaca.

“Sen embargo, a súa repercusión segue sendo escasa porque moita xente non os coñece ou desconfían do seu traballo porque cuestionan a súa imparcialidade. Asocian os fact-checkers con determinados partidos ou orientacións ideolóxicas”, añade Mabel Míguez.

Apenas hay diferencias en las temáticas de los verificadores de los distintos países y la mayoría abordan fundamentalmente contenido político. “Cando verifican informacións deste ámbito soen ser contidos nacionais, mentres que cando están relacionadas coa saúde, por exemplo, detectamos durante a investigación que fact-checkers de países distintos desmentían o mesmo bulo que circula polo mundo. Sobre todo, no momento da COVID”, apunta.

Sí hay diferencias en cuanto a la presencia. Existe “un número interesante de países representados”, pero mientras España, Portugal, Chile o Brasil cuentan con varios verificadores con el sello de la IFCN, hay alguno que no cuenta con ninguno.

Otra de las conclusiones del proyecto está relacionado con el tipo de comunicación: “Ademais de facer desmentidos ou verificacións positivas tamén introducen contido directamente informativo, nalgúns casos máis que noutros. E algo que nos parece moi interesante é que inclúan un pouco de alfabetización para ensinar aos usuarios a detectar posibles noticias falsas ou darlles pautas para facer unha navegación segura dende un punto de vista informativo”.

Otra línea de trabajo sobre la que los investigadores de la UVigo ya han hecho una comunicación para un congreso y posiblemente publiquen un artículo en otoño está relacionada con el uso de WhatsApp. “Xa temos varios en España que teñen un servizo de chatbot. Ademais de recibir contido de forma automática podes enviar información que che pareza sospeitosa para que a verifiquen”, explica Mabel Míguez.

Manual de Maldita.es para detectar bulos.

Manual de Maldita.es para detectar bulos.

Ser consciente de la existencia de estos verificadores y recurrir a ellos como práctica habitual reduce las posibilidades de estar indefensos frente a la desinformación. “A cuestión non é tanto que haxa máis fact-chekers, senón que teñan audiencias cada vez más amplas, que a xente recurra a eles en caso de dúbida e que as ferramentas vaian mellorando. Co auxe da intelixencia artificial e todo o que nos vai traer será aínda máis difícil diferenciar o verdadeiro do falso. Polo tanto, hai que estar formados e coñecer as estratexias e ferramentas que podemos ter nas nosas mans”, insiste Míguez.

En el caso de los jóvenes y, a pesar del esfuerzo para llegar a ellos a través de TikTok, los verificadores no suelen tener este tipo de público. Pero en las guías didácticas, los investigadores les explican otras herramientas: “Un rapaz de 15 anos non está moi interesado na política en non vai entrar en Newtral para ver os bulos. Pero hai ferramenteas que é máis probable que consulten como o Fact Check Explorer de Google, que ofrece todas as novas publicadas polos verificadores sobre un tema, ou a búsqueda inversa de imaxes para detectar a súa orixe”.

Vídeos en YouTube para el público juvenil y charlas en institutos

La guía didáctica Stop Desinformación y los vídeos desarrollados por el grupo Sepcom están disponibles en la web del proyecto ( factcheckers.webs.uvigo.es) y en su canal de YouTube. Con un lenguaje informal y una estética próxima al público juvenil, los vídeos explican qué es la desinformación, cómo se pueden generar noticias falsas y cómo se pueden combatir. Y, a igual que el curso pasado, los investigadores visitarán institutos dentro del programa de charlas divulgativas de la UVigo.

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