El Puerto inicia el recambio de bolardos para dar cabida a los mayores cruceros del mundo
Reemplazará nueve puntos de amarre del muelle de Trasatlánticos e instalará uno adicional en una obra de 1,8 millones de euros
Cada uno soportará capacidad 150 toneladas para atraques simultáneos de mayor porte
Con veinte cubiertas en 365 metros de eslora, el Icon of the Seas se convertirá en unos meses –entrará en servicio en enero– en el mayor crucero del mundo. Tiene casi todos los camarotes vendidos para sus primeras semanas de singladura, con plazas disponibles solo a entre 4.300 euros y 9.000 euros por persona y siete días de travesía. Sus enormes dimensiones, con un peso superior a las 250.000 toneladas, requieren de unas condiciones de calado o amarre que no todos los puertos pueden ofrecer.
El de Vigo dispone de una longitud más que suficiente, entre el muelle de principal de Trasatlánticos y tres duques de alba (una especie de pantalanes), aunque debe reforzar los puntos de atraque. “Debido al incremento del tamaño de los buques, surge la necesidad de ampliar y mejorar las instalaciones de amarre en la Terminal de Trasatlánticos para garantizar el atraque de los buques en condiciones de máxima seguridad”, expone la Autoridad Portuaria en la documentación de un proyecto que arrancará de inmediato. Reemplazará nueve puntos, con sus respectivos bolardos, e instalará uno adicional en el extremo más próximo a O Berbés. El coste de la actuación, con IVA, rondará los 1,8 millones de euros.
Cada nuevo punto de amarre tendrá dos bolardos con capacidad para 150 toneladas de desplazamiento. A día de hoy, la mayoría de los que están instalados en el muelle (son 47) tienen una capacidad de 50 toneladas. Fue tras la construcción de los duques de alba cuando se habilitaron tres puntos más, estos de 150 y 200 toneladas. Como figura en el proyecto constructivo, elaborado por la empresa de ingeniería Gaudium, los trabajos permitirán “asegurar el amarre simultáneo de buques de mayor desplazamiento que los actuales”. Las obras se prolongarán durante siete meses; el plazo para la presentación de ofertas en Praza da Estrela estará abierto hasta el 12 de septiembre.
Para evaluar la profundidad de esta actuación, los técnicos realizaron un estudio sobre una escala simultánea de dos cruceros de 300 metros de eslora (como el Ventura, uno de los habituales en Vigo), y otra de un buque de 362 metros (los mismos del Allure of the Seas, de Royal Caribbean International) con uno de 240 metros (dimensiones del Ambience o Le Champlain). “Este proyecto –firman su autor y directores– se refiere a la adecuación del sistema de amarre al objeto de aumentar la capacidad de los cruceros que atracan en el mismo”. Cada punto de amarre quedará anclado en un macizo de hormigón armado, y se procederá a la demolición de la viga cantil. No habrá ninguna afectación a la operativa normal del muelle de Trasatlánticos, ni durante los trabajos de demolición, micropilotaje o la construcción de las armaduras de hormigón.
El de cruceros es uno de los mercados de mayor crecimiento en el ámbito marítimo, tanto con buques de gran envergadura como el Allure of the Seas o Norwegian Gataway como los de exploración, con unidades como las construidas en el antiguo Estaleiros Navais de Viana (World Explorer o World Navigator) o las que ofrecen Hurtigruten o Swan Hellenic. Eso sí, el puerto vigués tiene mucha tarea por delante para acercarse al récord de cruceristas anotado en el año 2011, cuando se superaron los 253.000. Desde entonces se ha visto superado por la dársena de A Coruña y la de Leixões está a punto de rebasar también sus registros. En los primeros seis meses del año, Vigo recibió a 76.727 pasajeros de crucero, frente a los más de 125.000 de la ciudad herculina, y pese a haber mejorado su balance en más de un 20% interanual. Buen porcentaje pero muy inferior a la mejoría del conjunto de los puertos españoles, que habían incrementado hasta junio un 87% sus cifras de pasajeros.
Hasta finales del mes de agosto está previsto que recalen en la ciudad siete buques. Uno de ellos será el Sea Cloud Spirit, crucero a vela ensamblado en las instalaciones de Metalships & Docks en Teis.
El pasado octubre, la escala del crucero Ventura evidenció un problema en la dársena de Trasatlánticos, bien por la antigüedad de sus puntos de amarre, bien por la tensión del buque. Sea como fuere, un noray terminó arrancado de cuajo cuando tenía amarrados dos cabos de proa del barco, de 263 metros de eslora. La tensión también se llevó por delante la base completa de hormigón.
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