El “oro blanco” que se custodiaba en Toralla

Las visitas teatralizadas al yacimiento romano de la finca Mirambell se retomaron ayer con la recreación de la venta de sal como principal novedad

Carolina Sertal

Carolina Sertal

Cuando dio comienzo el ocaso del Imperio romano, los ataques de los pueblos bárbaros a sus fronteras se convirtieron en algo habitual, por lo que las familias poderosas, al sentir que sus vidas y negocios corrían peligro en las ciudades, comenzaron a desplazarse y a asentarse en otras zonas más marginales, diseñando así nuevas rutas comerciales fuera de la red establecida por el Estado romano. El territorio que hoy ocupa Vigo no fue ajeno a esta realidad y su suelo guarda los vestigios de aquella civilización, puesto que desde el entorno del Mar de Vigo hasta Baiona, el municipio está salpicado de restos de aquellas villas que afloraron a raíz de la caída del imperio.

En el siglo IV después de Cristo, una familia con una posición social elevada escogió las proximidades de la ría de Vigo para instalarse y desarrollar una actividad económica que le permitiera su subsistencia en la zona. La alta posición de sus moradores quedó patente con el complejo sistema termal que construyeron, pero si hay algo que caracteriza al yacimiento que se ubica en la isla de Toralla, en la denominada finca Mirambell, y que deja constancia de que el asentamiento era una unidad de producción autónoma vinculada a una actividad económica, esas son las salinas, que permitieron a los dueños de la villa y a las personas que tenían esclavizadas exportar el “oro blanco” de la antigua Roma.

Vuelven las visitas teatralizadas a Toralla

José Lores

El Concello retomó ayer las visitas teatralizadas al complejo arqueológico de la finca Mirambell y, precisamente, la recreación de la venta de sal fue una de las grandes novedades que la organización quiso mostrar al público asistente para explicar la vida de antaño en la villa romana. A través de diversos actores caracterizados con indumentarias típicas de la época y una serie de narraciones, los espectadores viajaron al pasado para conocer de primera mano cómo eran los nacimientos, las bodas, la venta de esclavos y las peleas cuerpo a cuerpo en el tiempo de los romanos.

El historiador Manuel Estévez Caride comentó que, en Toralla, “tenemos un tesoro”, añadiendo que, “durante mucho tiempo se decía que Vigo no tenía historia, pero a partir de los años 90, cuando se empezó a excavar en el centro de la ciudad, lo que se descubrió es que debajo de la vieja estaba el mundo romano, al destaparse todo el complejo salinar del Areal o la fábrica de salazón de Marqués de Valladares. El importante papel que jugó Vigo a finales del siglo XIX con el bum de las conservas, ya se había dado 2.000 años antes, porque la ciudad fue un punto comercial muy relevante para Roma por la actividad pesquera y de salazón”. En este sentido, el alcalde, Abel Caballero, puso en valor las visitas a Toralla, que continuarán durante los días 3, 10 y 24 de agosto, así como el día 18, en esta fecha de 20.00 a 23.00 horas, indicando que suponen un ejemplo de “arquitectura y costumbres romanas: mercados, gladiadores, familias... la cultura de Roma en Vigo”.

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