Nueva causa judicial contra el octogenario vigués que mató a su esposa en Tenerife

Condenado ya en firme a 22 años por el crimen, hay otro procedimiento en Vigo por el maltrato habitual sufrido por Clotilde en el matrimonio

REDACCIÓN

La sentencia contra Ángel Martínez, el octogenario vigués que mató a puñaladas a su esposa Clotilde Rodríguez en Tenerife, ya es firme. Tras ser declarado culpable por un jurado popular, la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife le impuso en mayo una pena 22 años de prisión por delito de asesinato. Y la resolución ha adquirido firmeza ya que la defensa del agresor ha rechazado recurrirlo ante el tribunal superior de justicia de dicho territorio. Ya en prisión desde que fue detenido por estos hechos hace algo más de un año, este no es sin embargo el único procedimiento judicial que se abrió contra este hombre al que las hijas que tenía en común con la mujer no dudaron en calificar como un “monstruo” por el calvario al que sometió a la víctima. Y es que, según informa Efe, en los juzgados de Vigo se está tramitando otro procedimiento por violencia de género. Una causa que tiene relación con el maltrato habitual al que sometió a su esposa durante el largo matrimonio.

El fiscal, en el escrito formulado contra Ángel Martínez de forma previa al juicio por el asesinato, ya había interesado que se dedujese testimonio de las testificales practicadas en la instrucción judicial del crimen de Tenerife y de las “demás fuentes de prueba” en aras “del esclarecimiento del posible delito de maltrato habitual” sufrido también por Clotilde. El Ministerio Público consideró que estos hechos debían tramitarse con carácter independiente a los del asesinato y que competían a los juzgados de Vigo por ser los del domicilio de la víctima. Una de las hijas ya declaró en el marco de esta nueva causa.

La acusación expuso que este vigués vejaba, despreciaba, dominaba y sometía a violencia física y psíquica a su mujer, que, “resignada”, soportaba la situación “en la que le tenía subyugada su marido”. En el juicio en Tenerife las hijas describieron el infierno vivido desde niñas. La más pequeña relató que una de las primeras cosas que aprendió en esta vida fue a marcar el 112 y decirle a la policía: “Mi padre le está pegando a mi madre”