La llave para seguir el negocio familiar

La Cerrajería Placer abre su segundo local en la ciudad pasando de padre a hijo

Víctor P. Currás

Víctor P. Currás

Hay ocasiones en las que la solución o la llave a los problemas está dentro de casa. En un contexto de cierres de negocios históricos de la ciudad por la falta de relevo generacional y de sobrecualificación de los jóvenes ante la demanda del mercado laboral, Rubén Táboas lo tenía claro.

Después de estudiar Ingeniería Electrónica en Vigo y Barcelona y comprobar que el trabajo de oficina no era para él, este joven volvió a casa y decidió aprender el mismo oficio que su padre aprendió hace medio siglo, dando continuidad a la tercera generación de la Cerrajería Placer.

La fama de este establecimiento ubicado en la Rúa do Pracer se extiende por todo el gremio, siendo recomendada para casos especiales ya que “si no te la hacen allí, no te la hace nadie.” El culpable de ello es Leonardo Táboas, quien se estrenó como aprendiz con 18 años y tras el servicio militar “heredó” el local tras el fallecimiento de su primer dueño.

Desde entonces ha mantenido la ilusión por el oficio ya que “tiene retos y cada día es diferente”, de manera que sigue formándose y buscando antigüedades para un trabajo en el que no existe una formación reglada como tal.

Esto es realmente algo que puede funcionar muy bien y puede tener mucha duración en el tiempo” asegura Rubén poco después de abrir su nuevo local en García Barbón. Al mismo tiempo mantendrán el local de la calle homónima, al que consideran “el buque insignia” de un negocio que ya recibía pedidos de varias comarcas e incluso de fuera de Galicia. Y aunque lleva acudiendo desde niño a ese taller, no fue hasta ahora cuando se lo planteó como una salida profesional ya que siempre lo consideró “muy sacrificado”.

“La llave antigua no te va a fallar y seguirá funcionando, pero ahora también vienen con una llave de coche súper moderna que quiere abrir la puerta de casa con el teléfono móvil y tienes que hacer ese servicio” señalan.

es que al contrario que en el mundo de la fotografía, la digitalización para ellos ha supuesto un mercado totalmente nuevo en el que asumen la gestión de la domótica. Este conjunto de sistemas automatizados de los hogares vive una etapa de esplendor gracias a los pisos turísticos, cuyo acceso se realiza mediante telefonillos especiales ya sufrido en los últimos dos años “una explosión increíble”.

Al mismo tiempo denuncian cómo han proliferado algunos cerrajeros que utilizan campañas de publicidad muy agresivas por internet para posicionarse como referencia en los servicios a domicilio. “Vienen dos meses, te meten unos sablazos y luego desaparecen” apunta el mayor de los Táboas mientras recomienda preguntar los precios por teléfono para evitar sustos después.

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